Los trucos para congelar marisco de cara a Navidad: diferencias entre langostinos, nécoras, cigalas...

<p>Es jugársela mucho. El marisco debe estar fresco y en buen estado de conservación y cualquier fallo puede acarrear graves problemas de salud. Es claramente un producto a evitar en los aeropuertos.</p>
Así es como debes congelar el marisco. 
Pixabay/cegoh
<p>Es jugársela mucho. El marisco debe estar fresco y en buen estado de conservación y cualquier fallo puede acarrear graves problemas de salud. Es claramente un producto a evitar en los aeropuertos.</p>

La Navidad está a la vuelta de la esquina, y a poco más de una semana de que empiece el gran festín del comercio y el bebercio seguro que estás ultimando ya las compras de todo lo que necesitas para estos días. Desde los regalos de tus seres queridos hasta los ingredientes que necesitas para ese menú navideño que llevas semanas preparando. 

De entre todos los manjares que tienen cabida en la mesa en estas fechas el marisco, sin duda, es uno de ellos. No hay mesa de Navidad que se precie sin el sabor a mar de estos mariscos. 

Siempre y cuando se pueda congelar, lo ideal es que lo compres antes de que se te echen las fechas encima; lo primero porque te ahorrarás unos euros en la cesta de la compra -que siempre es de agradecer- y lo segundo para evitar que cuando vayas a hacer la compra ya solo queden las sobras. 

Para que el marisco nos aguante en perfectas condiciones hasta el momento de disfrutarlo es necesario conservarlo congelador. Pero, ¿cómo debemos congelar el marisco? Depende de qué se trate. 

Distinguir entre familias

No todos los mariscos son iguales, por lo que no los podemos tratar de la misma manera. No podemos darle el mismo tratamiento a grandes crustáceos como centollos, nécoras o bogavantes que a las gambas, langostinos y cigalas. 

En el caso los centollos, bogavantes, nécoras o bueyes de mar, los protagonistas de las grandes mariscadas, para conservarlo en perfectas condiciones se deben comprar vivos, cocer y luego meterlos al congelador. 

Un truco para que conserven mejor el sabor es, tras cocerlos, envolver la pieza con un paño de cocina mojado en el agua de cocción y envolverlo todo en papel film. Cuando lo vayas a meter al congelador, hazlo siempre con las patas para arriba, para que los jugos se queden en su sitio.

En el caso de los langostinos, gambas o cigalas debemos congelarlos sin cocer previamente, mientras que en el caso de los bivalvos también se congelan crudos, pero asegurándonos de que están muertos y habiéndolos lavado bien previamente. 

En el caso de los percebes y las ostras no es recomendable congelarlos, por lo que si no podemos comprarlos para consumirlos en el momento, es mejor no hacerlo. 

20minutos

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