Son múltiples las propiedades que hacen que los caldos y sopas sean imprescindibles en nuestra mesa en cualquier momento del año. Son saludables, contienen un aporte bajo en calorías y su principal ingrediente es el agua, con lo que ayudan a mantener una correcta hidratación.
Además, la sopa es un perfecto aliado de la cocina de aprovechamiento. Las sobras tal vez no dan para repetir, pero sí para inventar una sopa. Solo nos faltarán algunas hortalizas para hacer el caldo base.
De carne, de pollo, de pescado, de vegetales... Sea como sea la sopa en la que nos embarcamos a todos nos puede pasar que nos hayamos pasado con el caldo. Toca espesar. ¿Cómo? Hay unas cuantas y fáciles maneras. Aquí van 6 trucos infalibles y un consejo final.
Harina
Es el método del que echarían mano nuestras abuelas. Para espesar una sopa podemos añadir un poco de harina o fécula de maíz con agua. Lo ideal no es incorporarlo directamente a la olla, sino mezclarlo al margen con un poco del líquido caliente de nuestra sopa. De ese modo nos garantizamos que no surjan grumos.
Más ortodoxo es hacer lo que llaman un roux: mezclar harina y grasa, como hacemos para ligar una bechamel. Ponemos un poco de aceite o de mantequilla en una sartén. Cuando esté caliente echamos la harina, mezclamos, tostamos un poco y añadimos un poco del caldo caliente de la sopa. Damos unas vueltas y así incorporamos el contenido de la sartén a la sopa. Así evitamos el sabor a crudo de la harina.
Pan
La solución más sencilla y que todos tendremos a mano. A los 'soperos' de la vieja escuela les gustará añadir trozos de pan nada disimulados y recogerlos enteros en cada cucharada. Podemos también añadir rebanadas enteras y gordas. Luego, al mezclarla con la sopa hirviendo se irán deshaciendo y espesando la sopa.
Tenemos otra alternativa panera: machacarlo previamente. Para esto mejor, el pan duro, que funcionará casi como pan rallado (que es otra posibilidad).
Crema o yogur
No vale para cualquier sopa, pero si hemos cocinado una con base láctea (mantequilla, queso, leche, etc.) a la hora de espesar podemos utilizar un poco de crema de leche. También nos valdrá un poco de yogur, con su punto ácido.
Copos
Para espesar esa sopa floja que nos ha salido una alternativa es echar unas cucharadas de preparado de copos de puré de patatas o de avena instantánea.
Huevo
Hay dos maneras de usar huevos para la sopa si nos ha quedado demasiado acuosa. Por un lado, usar solo la yema. La separamos de la clara, la batimos y la echamos a la cazuela. Recuerda que si la sopa está hirviendo puede cuajar el huevo al primer contacto... lo que gusta a muchos. Otra posibilidad es batir el huevo entero y echar luego una tacita del caldo de la sopa. Mezclamos y vertimos en la olla.
Tiempo
Si no tenemos prisa y los ingredientes de nuestra sopa lo permiten, podemos alargar la cocción. Si subimos el fuego, en unos minutos habremos espesado algo la sopa. A ello ayudará mantenerla sin tapar, porque de ese modo se evaporará más líquido. Con esta técnica, mejor revolver la sopa mientras hierve: nos dará una idea de su espesor, al tiempo que nos advierte de si nos hemos pasado y se está quemando.
Y un consejo
Usemos el espesante que usemos, cuando hayamos acabado y vayamos a servir la sopa conviene probarla por si hay que corregirla de sal.
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