Tirar comida no es, para nadie, plato de buen gusto. Gracias al frigorífico somos capaces de conservar las sobras de comida durante varios días, y así evitar el desperdicio y ahorrarnos guisar en los próximos días. Pero el frigorífico no es mágico, y los alimentos tienen sus límites. Como otra mucha gente ya ha hecho, hoy nos preguntamos cuánto tiempo duran las sobras de platos con carne en la nevera, como pueden ser las albóndigas en salsa.
Para responder a esta pregunta, hemos recogido información elaborada por Food Safety, el portal sobre seguridad alimentaria llevado a cabo por agencias gubernamentales. Según su tabla de conservación, alimentos frescos y crudos como hamburguesas, carne vacuna molida, pollo o pavo se conserva durante unos dos días.
No obstante, en el momento en el que estas carnes se cocinan, el contador se vuelve a poner a cero. Las sobras que incluyen carnes, como puede ser un guiso o unas albóndigas en salsa, aguantarán de 3 a 4 días en el frigorífico, siempre y cuando se almacenen correctamente.
Si no estamos seguros de poder comernos todas las sobras antes de este tiempo, lo mejor será meterlas al congelador. De esta forma, alargaremos el tiempo antes de que se echen a perder y las podremos guardar durante de 2 a 6 meses.
Cómo conservar las sobras de forma segura
Guarda las sobras lo antes posible, ya que los alimentos cocinados se estropean rápidamente a temperatura ambiente. Es cierto que no se deberían guardar alimentos calientes en la nevera, puesto que el calor del plato subirá la temperatura media del frigorífico. Sin embargo, no deberíamos esperar más de dos horas como máximo para guardarlo después de la cocción.
Si acabas de cocinar una olla de albóndigas en salsa, nunca las guardes en el frigorífico dentro de la propia cazuela de cocinado. Siempre es preferible utilizar un recipiente hermético, mejor aún si es de cristal. Para acelerar el proceso de refrigeración y asegurar una conservación óptima, lo ideal será usar recipientes poco profundos, de un máximo de 5 centímetros de profundidad y con una tapa hermética.
Otro factor fundamental para conservar alimentos de forma segura es mantener un frigorífico organizado. Habrá que mantener separados los productos frescos de los cocinados, para evitar en lo máximo posible la contaminación cruzada.
Además, se debe tener en cuenta que los alimentos que necesitan mayor refrigeración, como las carnes o los pescados frescos, irán en la parte baja del frigorífico, justo encima de las verduras, ya que es la zona más fría de la nevera. Otros alimentos que necesitan un frío menos intenso, como lácteos, embutidos o sobras ya cocinadas, se pueden colocar en los estantes medios o superiores.
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