La cocina es un mundo: destreza, utensilios, degustación, el tratamiento de los alimentos... Son muchos los aspectos (y años de experiencia) que implica dominar el arte de cocinar pero es una acción básica y vital para todos los humanos, aunque algunos lo disfrutan y otros lo hacen obligados. Si somos del segundo grupo, quizás estos trucos del vídeo "10 Food Tricks & Tips" del cocinero inglés Jamie Oliver hagan menos dura la tarea e incluso pueda empujar a incluir más recetas a la rutina.
Asegurar la tabla de cortar
Es habitual que al trocear alimentos, sobre todo los duros como el boniato, se mueva la tabla de cortar. El cocinero británico recomienda coger un paño de cocina, doblarlo por la mitad, mojarlo en el centro y colocar la tabla encima. De esta manera, el trapo amortigua y estabiliza la tabla impidiendo que se deslice.
Separar yemas de claras de huevo
Uno de las maneras más comunes es ir pasando la yema de una cáscara otra mientras se derrama la clara fuera. En lugar de eso, Oliver recomienda cascar el huevo sobre nuestra mano, dejando cierto espacio entre los dedos para que se cuele la clara pero no la yema.
Afilar un cuchillo
Cogemos el afilador con nuestra mano menos diestra, colocamos la parte más cercana del mago del cuchillo sobre el extremo superior del afilador y deslizamos el cuchillo hacia abajo. A medida que bajamos el cuchillo debemos desplazar toda la hoja por el afilador.
Laminar un aguacate
Quitamos el rabito de arriba y hacemos un corte a lo largo. Con el cuchillo metido en la ranura, giramos el aguacate sobre su eje. Conseguiremos dos mitades de aguacate, aquella que tenga el hueso le incrustamos el cuchillo con un golpe seco y a continuación, damos otro sobre la tabla. Una vez quitado el hueso, escarbamos con una cuchara la mitad del aguacate para sacarlo de su piel. Ya está listo para cortar como queramos.
Sacar la semillas de la granada
Esta fruta astringente es estupenda para añadir al yogur o una ensalada pero a primer vista no es fácil de consumir. Para sacar sus semillas, primero debemos cortar la granada por mitad (a lo ancho). A continuación, sobre un plato, colocamos la mitad sobre nuestra mano, con la cáscara boca arriba y con un cuchara le damos varios golpes rápidos, de manera que salen expulsadas las semillas.
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