Las patatas bravas son una de las tapas más habituales de las barras de los bares españoles. ¡No encantan! El secreto, además de una buena patata, está en la salsa. Hay escuelas: con o sin tomate, con o sin pimentón...
Pero además de para esas patatas, la salsa puede acompañar un sinfín de platos. Hemos visto qué bien le va a unos mejillones, a unos huevos fritos y también a la oreja de cerdo. Alimento con un alto contenido en colágeno, esta parte del eterno cochino es una buena fuente de magnesio y vitamina B.
Antes de hacer nuestra salsa, cocinaremos la oreja (también se vende oreja ya cocinada y cortada). Hay que cocerla para limpiarla bien; luego trocearla; y finalmente, freírla o hacerla a la plancha.
Sólo quedará acompañarla con la salsa, que vamos a preparar con su toque picante, que es su gracia. Pero todo puede graduarse: si nos gusta que pique poco, podemos poner una sola guindilla o cambiar el pimentón picante por dulce.
Salsa brava para oreja de cerdo
Ingredientes
Tomate triturado (400 gr)
Cebolla (1 grande)
Ajo (2 dientes)
Guindillas cayenas (2)
Pimentón picante (1 cucharadita)
Azúcar morena
Aceite de oliva
Elaboración
Pelamos los ajos y los doramos en una sartén con un poco de aceite.
Picamos bien la cebolla y la añadimos. Dejamos al fuego hasta pochar la cebolla.
Echamos las guindillas, el pimentón, un poco de sal y una pizca de azúcar.
Antes de que el pimentón pueda quemarse, añadimos el tomate y dejamos a fuego lento durante 20 minutos.
Pasamos la salsa por la batidora...
OPCIONAL: podemos retirar los ajos o dejarlos.
Rectificamos de sal y picante.
Si reposa, mejor... y a regar la oreja con nuestra salsa brava.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios