Los seis tipos de capuchinos más conocidos y cómo hacerlos fácilmente en casa

Largo, solo, cortado, con leche, descafeinado, con azúcar, con harina, con stevia... cafés existen para todos los gustos. Uno de los más populares -especialmente en Italia- es el capuchino, ese café espumoso que se puede tomar frío o caliente y que debe su nombre al capuccio o capucha que llevaban los monjes. 

Este café tiene una legión de adeptos pudiendo encontrar su característico sabor en caramelos o helados. Cada 8 de noviembre se celebra el Día del Capuchino, este café que a pesar de tener su origen en la Italia de principios del siglo XX ha conquistado el mundo entero. 

Con miel, con vainilla, con avellanas... a la receta original del capuchino se le han ido añadiendo toppings en las distintas partes del mundo que han hecho de esta bebida una delicia digna de ser tomada en cualquier momento del día. 

Hacemos un repaso por los capuchinos más famosos y deliciosos en sus diferentes variantes. ¿Con cuál te apetece celebrar el Día del Capuchino?

Capuchino con canela

Para los postres, para los cafés... la canela siempre es un buen complemento con los dulces. Eso sí, debes tener cuidado, ya que tiene un sabor demasiado intenso y si echas más de la cuenta puedes caer en el error de que tu capuchino no te sepa a nada más. 

Basta con preparar un buen capuchino con su espuma y espolvorear un poco de canela por encima. En su defecto también puedes añadir canela en rama. Siempre a gusto del consumidor. 

Capuchino con chocolate

Si la canela siempre es buena idea... el chocolate es casi una obligación. Para que no se nos quede grumoso, cogemos polvos de cacao y un colador muy fino.

Echa en el colador una cucharadita de cacao y, dando pequeños golpecitos con la mano en el colador, espolvoreamos un poco de cacao por encima. Si te encuentras goloso de más también puedes liarte la manta a la cabeza y hacer alguna creación con sirope de chocolate sobre la espuma. 

Capuchino con miel

En los tiempos que corren la miel se puede convertir en nuestro mejor aliada. En infusiones, en cafés, y por supuesto también en tu capuchino bien espumoso. 

La densidad de la miel no te va a permitir hacer dibujos como con el cacao, aunque basta con que le añadas un buen chorro si es de bote o una cucharadita si es de tarro. Una o dos, claro, depende de lo que te guste -o no- la miel. 

Capuchino con avellanas

El sabor de los frutos secos es siempre un buen complemento para los postres, para el chocolate, y para el café también. 

Para preparar nuestro capuchino con avellanas, primero tenemos que moler las avellanas y mezclarlas con azúcar moreno. Para tostar las avellanas, metemos la mezcla al horno a 180º, pero sin que el azúcar se llegue a hacer caramelo. 

Una vez lo tengamos listo, dejamos enfriar y lo colocamos sobre la espuma. ¡Que aproveche!

Capuchino con vainilla

Fácil y sencillo para -casi- toda la familia. Nos encanta el aroma y el sabor exótico de la vainilla en cualquier lugar. Para conseguir esta esencia en nuestro capuchino, basta con echar dos gotas de esencia de vainilla en la leche a espumar justo antes de espumar. ¡Y a disfrutar!

Capuchino con nata montada

Este es el nivel extremo de gocheo en el capuchino, hemos de decir. ¿A quién le gusta la nata montada? Y si es sobre la espuma de nuestro capuchino para comérnosla a cucharadas, más y mejor.