Una rica y sana ensalada de higos, ahora que ya acaba la temporada

La temporada de higos se está acabando (estos primeros días de noviembre). Aprovechemos porque todavía quedan en las fruterías. Ahí están para disfrutarlos como fruta -aunque su exceso de azúcar los convierte en una fruta con más aporte calórico que otros frutos carnosos-, pero también para cocinar con ellos.

Junto al plátano, la chirimoya y la uvas, los higos son una de las frutas que más azúcares posee. En cuanto a los minerales, destaca su contenido en potasio: 270 mg por cada 100 gramos. En la misma cantidad de fruto, contiene 38 mg de calcio y 22,5 mg de fósforo. Además, contiene pequeñas cantidades de vitamina B6 y tiamina.

A la hora de cocinar con higos, parece que al tratarse de una fruta y especialmente dulce solo se nos ocurren postres. Pero los higos son muy versátiles. Su dulzura contrasta muy bien con otros sabores predominantes como el salado de la carne o el pescado.

La receta que os proponemos esta vez cumple esos principios: higos, queso, la fuerza de la rúcula, el aroma de la albahaca, el jamón para contrastar y todo integrado por una vinagreta hecha con alguna mermelada de frutos rojos. El jamón (nos parece) puede ser de pato, de parma o del ahumado alemán.