Se podría decir que quien le puso nombre a esta tapa no tenía ganas de jugar a las adivinanzas, y es que como su propio nombre indica, el variat, una de las tapas más populares de Mallorca, se compone de un variado de platos.
A pesar de ser un clásico de la isla, no se trata de una de las tapas más conocidas. Croquetas, ensaladilla rusa, calamares, tortilla, frit... Cuenta la leyenda que este plato nació por la afluencia de turistas, que como no querían elegir entre una tapa u otra, terminaban pidiendo un poco de cada. Vamos, un variat.
El variat es una tapa humilde, que se sirve con el aperitivo y que, a pesar de poder encontrarlo elaborado con diferentes ingredientes, hay productos que no pueden faltar. Dependiendo de la zona, el bar o el propio cliente, que puede elegir qué tapas quiere encontrar en su variat, este plato típico de Mallorca se puede servir en muchas versiones y muy diferentes.
De la tortilla al pica-pica
Aquí no se le hace ascos a nada, y cualquier tapa clásica es un potencial ingrediente del variat. Las albóndigas, la ensaladilla rusa, la tortilla de patata, el pica-pica (sepia en salsa), tumbet, huevo frito, callos, pan moreno, o lengua con alcaparras.
Los bares y bodegas son los mejores lugares para probar esta tapa típica, que se suele servir en una cazuelita de barro o cerámica y que debe acompañarse con un buen pedazo de pan. Una de las ventajas de pedir un variat es que, en la mayoría de las ocasiones, de entre todas las tapas de las que disponga el local, el cliente puede elegir cuáles quieren que compongan su variat.
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