Si por algo se caracteriza España es por su gastronomía. En cada una de las comunidades (más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla) de nuestro país se encuentra un producto que hace a ese lugar único. Los calçots en Cataluña, el marisco y pescado en Galicia, las anchoas del Cantábrico, el queso de la Mancha, el rico aceite de Andalucía... Alimentos delicioso que dan identidad a la tierra.
Uno de los planes que más se repite cada día es salir de trabajar o quedar con los amigos el fin de semana y buscar un bar, taberna o restaurante en el que poder disfrutar de la comida. Aunque, sin duda, lo que levanta más pasiones es la cultura del tapeo.
Madrid es una de la ciudades en las que está extendida esta cultura. En la capital existen diferentes tipos de bares y restaurante, hay muchas personas que siempre buscan encontrar alguno que sea económico y en el que poder disfrutar de los mejores sabores. Tomar una caña con una buena tapa se puede decir que es uno de los mantras de Jurucha, un bar que abrió las puertas en 1962 y lleva más de sesenta años ofreciendo una amplia variedad de pinchos a precios muy asequibles.
La historia de Jurucha
La historia de Jurucha se remonta a finales de los 40. Sin embargo, fue en 1962 cuando la familia Viesca Gomez-Martinho lo adquirió. Con ellos se inició esta trayectoria gastronómica en la que han incluido sus orígenes de Madrid, Bilbao y Cantabria.
En los años 70, además de tratar el mariscos, su carta presumía de tener los pinchos más clásicos, es decir, huevo con mayonesa y langostino o gamba, taco de bonito del norte con cebolleta y tomate, tacos de jamón, etc. Años más tarde, introducen otros pinchos y aumentan la variedad de embutidos y quesos, pero es a partir de 1985 cuando amplían su carta con la llegada de numerosos pinchos calientes.
"Es parte de nuestra tradición el empeño continuo en asegurar a nuestros clientes las mejores tapas (con ingredientes de calidad, elaboradas en el momento de forma continua)", explican en su página web. Además, afirman que trabajan con productos de mercado, es decir, nada de precocinados, y están comprados en el Mercado de La Paz.
Una carta con más de 60 tapas
La carta de tapas que ofrece Jurucha sus clientes está compuesta por más de 60 pinchos diferentes que van cambiando dependiendo de la temporada del año en la que estamos y también del horario en el que se visite el bar.
Entre sus especialidades destacan: la merluza gratinada con mayonesa y langostinos, el taco de bonito en escabeche, con tomate y cebolla, el huevo duro con langostino y mayonesa, las croquetas de jamón y las de huevo, el bonito con salsa rosa, los huevos rellenos de bonito con salsa rosa, la tortilla de patata y el emparedado de bonito con mayonesa.
Otro de los grandes atractivos de este local es su precio. Y es que las tapas se pueden consumir con un coste muy asequible. Por ejemplo, las empanadillas caseras se venden por 2,50 euros, las anchoas de Santoña sobre pan tostado, por 2,70 euros, el lomo con ciruelas y cebolla confitada, por 2,30 euros o el pincho de tortilla, por 2,50 euros. La ensaladilla rusa es el plato que tiene un precio un precio más elevado: 6 euros.
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