Viajar a otros países nos permite conocer impresionantes lugares, ciudades nuevas y atracciones turísticas que quitan el aliento. Pero también es la oportunidad perfecta para probar los platos más famosos de la cocina local y disfrutar de sabores nuevos. Polonia es una de las ciudades europeas que crece cada año como destino turístico, y su gastronomía ofrece sabores deliciosos a precios muy asequibles. Y qué mejor que probarla en una de las atracciones turísticas más impresionantes del país: la mina de sal de Wieliczka, en Cracovia.
Esta mina de sal es una atracción única en el mundo gracias a los secretos que esconde en su interior. Entre ellos, se encuentra un restaurante donde vivir al máximo la experiencia minera. La mina se ubica a tan solo 10 kilómetros de la ciudad de Cracovia y a día de hoy es una de las principales atracciones turísticas del país, pues recibe cada año más de un millón de turistas.
La mina está abierta para los visitantes, con dos recorridos turísticos que muestran las diferentes estancias bajo tierra. Lagos subterráneos, cámaras hechas de sal, varias impresionantes capillas y hasta un balneario se pueden encontrar en el interior de Wieliczka. En total, 245 kilómetros de galerías subterráneas esculpidas en sal, de los que se pueden recorrer unos 3,5 kilómetros a una profundidad máxima de 135 metros.
Comer como un auténtico minero
Caminar por las minas de sal y descubrir todos sus secretos cansa, y también da mucha hambre. Pero la solución es sencilla y no hace falta salir de sus cámaras para encontrarla. Los visitantes pueden disfrutar de una comida en la Taberna Minera que se encuentra dentro de la propia mina de sal, y sentarse a comer en una de sus amplias mesas de madera, como hacían los mineros al acabar su turno.
Esta taberna es un pequeño bar-restaurante que se encuentra en la cámara Drozdowice, a 125 metros de profundidad. Allí, se pueden probar los platos y especialidades más conocidas de la cocina polaca. Podrás pedir zurek, una sopa de harina de centeno con huevo y salchicha, bigos, un guiso de col fermentada y carne, unas pierogi ruskie, empanadillas de queso y patata o un kremówka, un dulce de crema típico de la gastronomía polaca.
Los precios de los platos, según se especifica en la página web oficial de la mina, van desde los 10 eslotis (PLN), hasta los 29 PLN. En euros, esto implicaría que los precios de los platos ofertados irían desde los 2 hasta los 6 euros. En esta taberna también se pueden disfrutar algunas bebidas frías y calientes, como tés, cafés, cervezas y vinos blanco y tinto.
Si vas a visitar las minas de sal y quieres probar lo mejor de la gastronomía polaca bajo tierra, puedes reservar tu menú con los platos que más te gusten con antelación, que será servido a la hora elegida.
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