Madrid es, junto a Barcelona, la gran capital gastronómica de España. La oferta culinaria de la villa está sin duda a la altura de las grandes capitales del mundo, por variedad, diversidad y calidad. Esta vez, como si fuéramos turistas, nos paseamos por el Barrio de las Letras... y queremos comer.
En sus calles vivieron algunas de las figuras más relevantes del Siglo de Oro español, como Quevedo, Góngora o Lope de Vega. También tenían su sede en la zona varios de los corrales de comedias de aquella época, de los que ya solo queda el recuerdo. Tras un buen paseo podemos acabar tomando unas cañas en la plaza de Santa Ana o en la calle Huertas.
Y ahora, con el hambre llamando a la puerta, a comer. En estos cinco restaurantes del barrio de las Letras podemos comer de lujo por menos de 30 euros.
Triciclo
- Calle de Santa María, 28
Tras muchos años de amistad dentro y fuera de las cocinas, Javier Goya y Javier Mayor decidieron embarcarse en un proyecto propio. El 2 de julio de 2013 abrió Triciclo, que hoy es el hermano mayor de un grupo que sigue expandiéndose por Madrid. "Apostamos por los sabores de siempre y por una gastronomía sostenible. El espíritu del slow food más fuerte que nunca, con nuestros valores como norte, ofrecer una cocina pura y sin pretensiones", dicen ellos mismos. Lo suyo es cocina tradicional con "susurro del mundo gastronómico que descubrimos en cada viaje". Y eso toma forma en: gamba, shiso y mango, besugo a la madrileña muy poco hecho, lámina de picaña de rubia gallega, escabeche de setas, tomates secos y queso curado, o taco de pollo de corral guisado con gamba roja. Casi todos los platos se presentan en tres tamaños.
Chuka Ramen Bar
- Calle de Echegaray, 9
La cocina chuka fusiona platos emblemáticos como el ramen y varias formas de dim sum. "Lo nuestro es una versión de la cocina chuka", dicen ellos. Chuka Ramen se presenta no solo como el primer Ramen Bar en Madrid, sino como un concepto que pretende ir a la base de la tendencia del consumo de Ramen artesanal en el mundo. Es un espacio en el que disfrutar en la barra de un plato de fideos japoneses, panceta de cerdo, cebolleta china, anacardos… y esos caldos espesos, elaborados a fuego lento con cocciones de más de 24 horas, con base de huesos de cerdo o miso y pollo. En la carta hay bao buns, dumplings, ramen y platos según temporada, como cerdo ibérico a la barbacoa cantonesa, manzana ácida y mostaza karashi, langostino tigre en tempura estilo nobu o falso nigiri de vaca. Tiene el sello de Recomendado por la Guía Repsol.
Decadente
- Calle de Manuel Fernández y González, 10
Local con decoración muy atractiva, mezclan lo que ellos llaman "lado canalla" con la tradición más castiza. En un estupendo menú del día por 15 euros hay ensalada de tomate rosa con ventresca, croquetas de rabo de toro o de carabinero, tortilla de patata trufada, tartár de atún con tuétano, pulpo a feira 2.0 o steak tartar de solomillo de vaca madura.
Moratín
- Calle de Moratín, 36
Son ante todo una vinoteca y, efectivamente, tienen una bodega, extensa y bien seleccionada. La carta es breve y rica. Siempre hay plato de cuchara y desde ahí, puerros confitados con romesco, pulpo de Santoña con aceite de pimentón y cilantro, salmón marinado con vinagreta de encurtidos, bacalao confitado sobre escalibada de verduras, steak tartar, canelones de carrillada de ternera o pollo de corral asado al albariño. Tiene el sello de Recomendado por la Guía Repsol.
Balon Tokio
- Calle de Echegaray, 29
Ya lo avisan ellos: "No queremos ser un restaurante japonés". Efectivamente, son un humilde y sencillo local de street food. Se trata de un bar especializado en takoyaki (pulpo a la plancha), una comida típica de la ciudad de Osaka, que allí se compra en puestos callejeros. Proponen "disfrutar de una experiencia desenfadada, con una comida fiel a la receta y sabores japoneses".
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