Les Grands Buffets: así se come en el restaurante que más factura de Francia

La sección de mariscos es una de las estrellas de este colosal buffet.
La sección de mariscos es una de las estrellas de este colosal buffet.
Les Grands Buffets
La sección de mariscos es una de las estrellas de este colosal buffet.

Se ha escrito ya tanto sobre Les Grands Buffets que cuesta encontrar algún detalle nuevo sobre este singular restaurante donde se combinan dos cosas a priori reñidas: un buffet y una cocina clásica de una calidad más que notable.

Pero en realidad hay un dato que suele llamar la atención incluso a los que, de entrada, tuercen el morro al oír hablar de un buffet: este restaurante es el que más factura de Francia. Según sus propios datos, 14,5 millones de euros al año.

Situado en Narbona y convertido por sí solo en un destino turístico que lleva a la ciudad francesa a miles de personas cada año, la afluencia de público español es notable gracias a la excelente conexión en trenes de alta velocidad desde Barcelona.

La zona de la brasserie permite pedir platos que se preparan al momento.
La zona de la brasserie permite pedir platos que se preparan al momento.
Les Grands Buffets

Vaya, que con un trayecto de dos horas gracias a la alianza Renfe-SNCF no es una locura pensar en una escapada de un día solo para comer en Les Grands Buffets. De todos modos, tanto Narbona como la zona merecen algo más de tiempo, por si alguien anda buscando planes de última hora para este verano.

Mejor, eso sí, asegurarse antes de que hay sitio en este concurrido buffet que, por ejemplo, agota sus plazas para las fiestas navideñas con meses de antelación. 

La ceremonia del
La ceremonia del 'canard au sang'
Les Grands Buffets

No es de extrañar teniendo en cuenta que por menos de 50 euros por persona no sólo se puede comer lo que uno quiera, sino que además se come bien, incluyendo platos tradicionales franceses tan delicados y difíciles de encontrar como el canard à la presse, que  ha sido una de las últimas incorporaciones a la interminable lista de propuestas. 

111 variedades de queso

Tampoco faltan ostras, marisco, foie-gras, y un surtido de quesos que merece un capítulo propio. De hecho, un récord Guiness acredita desde 2020 que estamos en el restaurante con el buffet de quesos mejor surtido del mundo. 

111 variedades francesas e internacionales convierten este espacio en el sueño de cualquier apasionado del queso, que podrá disfrutar sin límite de algo así como un carrito de quesos enorme e infinito. 

111 variedades de queso conforman el surtido más grande del mundo en un restaurante.
111 variedades de queso conforman el surtido más grande del mundo en un restaurante.
Les Grands Buffets

Quesos bien seleccionados, cortados y presentados -cada uno tiene su etiqueta por si alguien se anima a montarse una tabla en condiciones-  que, por para muchos ya justificarían por si solos el viaje hasta allí.

Salón Doré

Hemos tenido la oportunidad de visitar este restaurante en varias ocasiones e ir conocido las novedades que casi cada temporada suman. Y si algo hemos aprendido es que un buffet como éste requiere práctica y cierta mesura. 

Tras el impacto y la gula de querer probarlo todo, luego se descubre que es mejor especializarse y, por ejemplo, centrarse en los quesos. O en esos platos tradicionales franceses difíciles de ver en restaurantes de por aquí. Y que es muy importante no olvidarse de los postres, otra de las secciones estrellas de este pantagruélico restaurante. 

El Salón Doré, un comedor que recrea el ambiente palaciego.
El Salón Doré, un comedor que recrea el ambiente palaciego.
Les Grands Buffets

No hay que olvidarse tampoco de los vinos con un surtido de referencias a copas (más de 70) que seguro también daría para algún récord. Y una apuesta por el vino regional muy interesante y a precios realmente ajustados. Incluido, por cierto, el champagne. La bebida, eso sí, no está incluida en el precio del buffet que en el momento de escribir este artículo es de 47,9 euros por comensal.

Una de las últimas novedades de esta casa es el llamado Salón Doré. Y es que esa idea de fiesta gastronómica no sólo se cuida en la oferta de platos, sino también en la vajilla, cubiertos y, por supuesto, los salones. 

Es verdad que el lugar donde se encuentra el restaurante es un poco desangelado, a las afueras de la ciudad, junto a un gimnasio y rodeado de locales de comida rápida. Pero el interior tiene rincones tan fabulosos como esta sala de estilo versallesco y decorada con más de 18.000 hojas de oro, así como lámparas y candelabros diseñados para la ocasión.

Aunque estos guiños lujosos puedan parecer incompatibles con la idea de un buffet, nos cuentan sus responsables que en realidad enlaza con la tradición francesa del banquete, donde toda la comida se presenta a la vez para que el comensal elija lo que quiere comer.

En definitiva, una experiencia que merece la pena probar, una escapada muy recomendable y la mejor manera de reconciliarse con los buffets. Eso sí, una vez probado este, es muy posible que el resto nos parezcan insufribles.

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