Es el chef más televisivo, capaz de contar chistes mientras entretiene a las familias de España con sus platos. Más de tres décadas frente a los focos le avalan y sus libros de recetas son tan míticos como sus trucos de cocina. Karlos Arguiñano, lejos de jubilarse, está más en forma que nunca en su programa, preparando frente a los telespectadores todo tipo de delicias culinarias.
El vasco no es el único de la familia que aparece en el programa Cocina Abierta, a veces lo hace junto a su hermana Eva o a su hijo Joseba. El chef no tiene secretos, de hecho es habitual que Arguiñano interactúe con el cámara o haga referencia a algún miembro de su equipo mientras lleva a cabo sus elaboraciones.
¿Qué hacen con los platos cuando acaba el programa de Arguiñano?
Pues comérselos, obviamente. Sería un auténtico desperdicio no aprovechar esas delicias, ¿no? En más de una ocasión, el chef vasco ha reconocido que los platos cocinados durante el programa son consumidos por el propio equipo de grabación. Y es que aquí "no se desperdicia nada", como suele decir. ¿El principal problema? Tener que esperar a que termine para poder degustarlo.
"Mucha gente me suele preguntar: '¿Qué hacéis con todo lo que cocináis?'. Pues, ¿qué os parece hacemos? —dice el cocinero durante el programa— ¿Habéis ido alguna vez a un acuario? ¿No habéis visto lo que hacen los peces con la boca? Aquí estás todos así", explica el chef, mientras enseña la primera elaboración que aparta para empezar con el segundo plato.
No tiene que ser fácil, con el olor que invade todo el plató, aguantarse las ganas de coger un poco sin que nadie se de cuenta, pero el vasco lo tiene claro: "Van a estar un rato más, porque hasta que hagamos el segundo no podemos probar. Ese es el mayor dolor que tenemos".
¿Cómo podemos probar nosotros sus elaboraciones?
Karlos Arguiñano tiene un restaurante en una de las localidades más turísticas de Guipúzcoa (Zarautz), donde prima el producto local y de temporada. Los Arguiñano llevan la cocina en la sangre. Allí Zigor Arguiñano (su hijo), junto a María Torres, dirigen una cocina que aúna tradición y modernidad: "Elaboraciones que combinan la tradición e innovación de la gastronomía vasca sin olvidar la cocina de referencia internacional", explican desde la web del restaurante.
Un comedor con vistas al mar cantábrico y dos salones interiores con mucha personalidad, donde degustar un menú de temporada o una amplia variedad de platos. Así describen el emblemático espacio que cuenta con un menú degustación:
- Ensalada de salmón ahumado y mousse de anchoa.
- Huevo a baja temperatura, patata trufada y setas.
- Bacalao con salsa de ajoarriero y pastel de espinacas.
- Costillar Euskal Txerri con su salsa y boniato.
- Bizcocho esponjoso, mango maracuyá y almendras garrapiñadas.
Las bebidas y el café no están incluidos, a no ser que compres el pack regalo, por 120 euros. Ahora que se acercan las navidades, qué mejor regalo que los sabores del chef más querido de España.
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