“¿No tenéis una máscara menos absurda?”, preguntó el capo de Miramax Harvey Weinstein cuando le enseñaron metraje inicial. Para cambiar de opinión sólo tuvo que ver lo que era capaz de hacer a Drew Barrymore.
>> La generación MTV descubrió lo bien que se pasa pasándolo mal.
Manuel Piñón
Una academia de danza para señoritas y brujas. Un cuento cruel y esotérico para entonar los sueños. La gran película manierista de la historia del cine de miedo, toda ella artificio, color y perversión infantil. Se habla mucho de hacerle un remake, pero entre sus fotogramas vive una maldición que aniquilará a quien se atreva.
>> La mejor puerta de entrada al mundo de las pesadillas.
Rubén Lardín
Más que una película, un movimiento artístico, el Expresionismo cinematográfico. Pero, además, su originalidad alcanza para presentarse como filme iniciático del terror como género autónomo para la pantalla, desvinculado de la literatura y la religión. Un miedo más humano, el de la propia psique, había llegado al cine: ¿somos médicos o pacientes?
>> Una terapia pionera y fetén: cine para recrear las sombras de la mente humana.
Carlos Marañón
En los 90, una cinta VHS todavía simbolizaba esa modernidad tecnológica que tanto choque cultural causa en Japón. Siendo cobijo de un vengativo espíritu yurei nos decía que ni por ésas se puede huir del pasado. Paradoja: vista hoy en día, la naturaleza obsoleta de la cinta incrementa su oscuro poder como portal para lo remoto. Sadako ha ganado.
>> Si ama el cine, rebobine. Si quiere sobrevivir, copie y comparta. ¿Así nació el P2P?
Daniel de Partearroyo
No estaba Jason todavía, pero sí la p… madre que lo parió. El año de El resplandor, con cuatro perras y Kevin Bacon, se producía esta película de “polvos” culpables y tajos severos. Con el paso del tiempo, la salvajada clasificada “R” se convirtió en candorosa cult movie gracias a los efectos de maquillaje de Tom Savini y a una descabellada trama.
>> Hachazo que te crió. Los boy scouts dejaron de practicar sexo tras Crystal Lake.
Sergio Fernández Pinilla
Escribiendo el personaje de Ripley, el coguionista Dan O’Bannon no pensaba en ninguna actriz, sino en un tal Paul Newman. Pero, gracias a los avatares del casting, Sigourney Weaver se convirtió en la primer oficial de la nave Nostromo: desde ese feliz día, las heroínas del terror y de la ciencia-ficción cambiaron para los restos.
>> Terror cósmico-laboral: ¿qué da más miedo, el monstruo o ‘la Compañía’?
Yago García
Ni siquiera le hizo falta banda sonora. El propio compositor Bernard Herrmann propuso a ‘Hitch’ que lo único que el espectador debía esperar oír era a esos pajarracos, metáfora de tantos temores, incluida la obsesión sexual del director hacia Tippi Hedren. No saber qué hay detrás de esta amenaza animal aérea, irracional y estéticamente voraz la hace más aterradora aún.
>> Nos preguntamos por qué. El miedo a lo desconocido: el miedo a nosotros mismos.
Carlos Marañón
Carpenter no sabía quién era aquella chica, pero sí que podía contratarla por 8.000 dólares. Gracias a su tacañería, el director acertó: como hija de Janet Leigh ('Psicosis'), Jamie Lee Curtis llevaba el terror en los genes.
>> Un libro de estilo insuperado (¿insuperable?) para el género slasher.
Yago García
Mitad ensayo filosófico, mitad cinta de ciencia-ficción, Cronenberg realiza una de las reflexiones más agudas del hombre finisecular y su dependencia de la tecnología y el entretenimiento. Ni siquiera la playmate y cantante Debbie Harry es capaz de iluminar el sombrío futuro profetizado por el director en el que la televisión es un arma de destrucción masiva.
Rubén Romero
Nos traumatizó para siempre. La televisión sin señal como cuando se iba Canal +, la abuela con voz de gato y las chorreras del pijama de la niña. Los sucesos paranormales de 'Poltergeist' ocurrieron a un par de casas de las aventuras simpáticas de 'E.T., el extraterrestre', pues Spielberg, productor de una y director de la otra, hizo coincidir ambos rodajes.
>> Maldición de película: murieron Dominique Dunne y Heather O’Rourke.
Andrea G. Bermejo
Si le preguntáramos a De Palma, jamás diría que este clásico de terror, primera novela que escribió Stephen King y adaptación al cine, es terror. “¿Cómo se llamaba a este tipo de películas antes de que se acuñara hitchcockiano?”, bromeaba el director en 1977, siendo Hitchcock, de hecho, su mayor influencia. “Seguro que ya tienen un nombre… ¿Depalmiana?”, se contestó él. Amén.
>> La culpable de poner de moda el rojo (sangre de cerdo) en los bailes de graduación.
Irene Crespo
Romero creó a los zombies tal y como los conocemos. Y los creó, inspirado en los vampiros que asolaban la Tierra de Soy leyenda, para satisfacer nuestra sed de sangre.
>> Ópera prima y obra maestra que convirtió a los zombies en estrellas.
Irene Crespo
Hecha con dos duros, es un clásico mil veces copiado. La cabaña en el bosque, el libro que invoca a los muertos, la chavala poseída encerrada en el sótano, árboles que violan (sí), hachazos y mucha risa. Y todo, en una noche.
>> La mofa gamberra y sangrienta de El exorcista; gore serie B.
Mariló García
“Si esta película es un éxito será que el público no ha entendido nada”, le dijo al productor de 'Funny Games' el cenizo Haneke, cuya crítica de una sociedad hiperviolenta a causa de la influencia de los medios podía pasar perfectamente por película de terror. ¿Había algo más horrible que unos personajes que torturan porque sí? Efectivamente, su remake.
>> Michael Haneke, el cineasta más cruel pero con el mejor swing.
Andrea G. Bermejo
Pensar que una película protagonizada por un cura, con frases en latín y que se desarrolla en un dormitorio podía meter algo de miedo era cosa de monaguillos. Cuatro décadas después su sola mención provoca escalofríos.
>> Regan se hizo pis primero;, el público se le unió más tarde.
Manuel Piñón
Al director se le ocurrió la idea de la motosierra mientras hacía cola en una ferretería abarrotada. El rodaje, en palabras de Edwin Neal, el autoestopista: “Ha sido la peor experiencia de mi vida y eso que estuve en Vietnam”.
>> Hannibal, échate a un lado. El Ed Gein de Tobe Hooper asusta más.
Andrea G. Bermejo
Un bebé y Mia Farrow a un lado. Satanás y el edificio Dakota, enfrente. Nunca antes la quintaesencia de lo angelical y el diablo en persona habían disputado una batalla cuerpo a cuerpo con tanta intensidad. Primera película de Polanski en EE UU y última antes del asesinato de Sharon Tate, nuestros miedos cotidianos no serían los mismos sin esta adaptación de la novela de Ira Levin.
>> La mano que mece la cuna en un edificio neoyorquino, moderna casa de los horrores.
Carlos Marañón
Pareciera como si el no poder usar el nombre de Drácula por la negativa de los herederos de Bram Stoker a ceder la novela hubiera reforzado diabólicamente el talento de Murnau, cuya creación tiene vida propia al margen del mito. Se dice que el actor Max Schreck (‘miedo’ en alemán) se dejó llevar en su vida íntima por el sombreado magistral del filme hasta lograr una vampírica leyenda negra.
>> Esa nariz, esas orejas, ese porte del Averno… el conde Orlok es eterno.
Carlos Marañón
Maestro en distraer la atención, el propio Hitchcock ocultó durante años su habilidad para esconder el terror bajo un sibilino manto de suspense y alió la banda sonora de Herrmann a las imágenes. La intriga como macguffin para llevarnos del robo de una joven de sujetador blindado a los horrores de una casa encantada por un quítame allá esos defectos de forma en el registro de defunciones.
>> Madre no hay más que una, pero nunca nos advirtió de los peligros de una ducha.
Carlos Marañón
Es difícil quedarse solo con una película de Stanley Kubrick, y eso que no hizo demasiadas. Pero de las que hacía siempre era el mejor o el que le daba un giro al género, y eso fue exactamente lo que sucedió con 'El resplandor'. El director cogió la novela de Stephen King y, junto a la inestimable ayuda de Jack Nicholson, filmó una de las películas más espeluznantes de la historia, tanto que más de 40 años después sigue aterrorizando a aquel que la ve (en versión original, eso sí).