Ser un príncipe africano es duro, y más aún si buscas el amor verdadero: que se lo pregunten a Akeem (Eddie Murphy), el potentado que cambiaba su palacio de ensueño por lo más infecto de Nueva York junto a su esbirro Semmi (Arsenio Hall). Menos mal que con unos buenos abrigos de piel y unos collares a juego, hasta Queens tiene glamour.
CinemaníaNi los pétalos de rosa ni ese despertar con orquesta fueron suficientes para mostrarnos el lujo de la vida cotidiana de Akeem Joffer: el público solo entendió los pesares del príncipe cuando escuchó las palabras “El pene real está limpio, alteza”.
CinemaníaEpicentro de la vida comunitaria en Queens: un lugar imprescindible para arreglarse el pelazo ochentero y debatir sobre boxeo (¿quién era mejor, Joe Louis o Rocky Marciano?) mientras uno recibe insultos contundentes a la par que imaginativos.
CinemaníaLas fiestas vecinales organizadas por el reverendo Brown no serían lo mismo sin el inefable Randy Watson, su banda y su hit 'Creo que el futuro es de los niños'. Escucha a este titán del soul, capaz de llegar a unos agudos que convierten a Prince en Nicolas Cage, y descubrirás que es bueno. Bueno y terrible.
CinemaníaLos abogados de cierta cadena de hamburgueserías llevan años tratando de cerrar este establecimento por minucias de propiedad intelectual, pero todos sabemos que el parecido entre la Big Mac y la Big Mic es pura coincidencia.
CinemaníaDe las gemelas del hip hop (una rapea, la otra hace beatboxing) a la reencarnación de Juana de Arco: los garitos de Queens son una jungla llena de sorpresas para el soltero en busca de jóvenes disponibles. El chiste transfóbico se lo podrían haber ahorrado, eso sí.
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