Disney permitió a Pixar volver a los cines con una película que representaba sus peores facetas: la avariciosa (suerte intentando explicarle a tu sobrino cuál es el vínculo con ‘Toy Story’), la vaga (la animación más inane del mundo) y la herida de solemnidad (ese Christopher Nolan mezclado con Marvel haciéndose pasar sin lograrlo por una película de los 90). Un título, en efecto, de lo más deprimente.
A. C.Pixar aparenta a estar herida de muerte con el descalabro que ha sufrido su última película allá donde se ha estrenado, pero más allá del asunto económico la cosa no mejora: ‘Elemental’ está tan encorsetada por la plantilla del estudio (ahora son los elementos los que tienen sentimientos, al tiempo que interés por lanzar embarazosos tratados sociopolíticos y enrevesar metáforas), que solo es un poco más bonita que si hubiera sido generada por Inteligencia Artificial.
A. C.La saga 'Cars' ya tenía la sensación de que la idea no daba más de sí en su primera secuela. Por eso quisieron combinar las carreras con un homenaje a las historias de espías (buena idea), recurriendo al protagonismo incrementado de Mate (mala, malísima, terrorífica idea).
A. C.Parecía difícil superar un triunfo crítico como 'Buscando a Nemo', así que Pixar recurrió a la “estrategia 'Toy Story 2”: esto es, una aventura de mayor expansión, con mucho más humor y más personajes secundarios que podrían protagonizar su propio spin-off pero está claro que nunca lo harán. La película, pues eso, está bastante bien.
A. C.La tercera secuela de 'Cars' fue el último estreno de Pixar dentro de la era Lasseter. A pesar de lo simples (y extremadamente rentables en taquilla) que puedan parecer las aventuras automovilísticas de Rayo McQueen y compañía, en algo estuvo de acuerdo todo el mundo: esta al menos era mucho mejor que su predecesora.
D. D. P.Brad Bird regresó a Pixar cumpliendo todas las reglas de la 'secuelitis' en la continuación de su clásico superheroico de la década anterior: más acción, más escenas vertiginosas, más humor físico y más cucharadas de ideología liberal son los principales ingredientes hiperbólicos de la nueva aventura de la familia de superhéroes favorita de Ayn Rand.
D. D. P.En su última película antes de que la pandemia lo pusiera todo patas arriba, Pixar nos llevó a un mundo donde la magia sustituye a la electricidad y ser un experto en 'Dragones y mazmorras' (con voz de Chris Pratt aunque te parezcas a Jack Black) puede solucionar 'daddy issues'. El viaje épico por la Tierra Media con el que más identificados nos sentiremos nunca.
A. C.Quizás lo más cerca que ha estado Pixar de hacer un western (fantasías de Woody aparte). La historia de amistad entre un Apatosaurus y el Homo sapiens con el que entabla un 'road trip' prehistórico da pie a un entrañable relato paisajístico cuya relativa falta de acción le hizo perder espectadores, mientras que otros se quedarían a vivir en el candor de sus imágenes.
D. D. P.La primera entrega de la segunda saga más importante de Pixar se mantiene como la mejor –o, al menos, más tolerable– de las aventuras de Rayo McQueen. Dos elementos le ayudan a destacar: esa ambientación de pueblito western de Radiator Springs y, cómo no, la voz de Paul Newman en la que fue la última actuación de su carrera.
D. D. P.Las precuelas, en su mejor expresión, enriquecen las películas originales e inyectan aristas a sus personajes. Es justo lo que logró este film ciertamente infravalorado, que indagaba en la tragedia de ser Mike Wazowski y nos enseñaba que la universidad no es el único camino al triunfo profesional si no te importa empezar barriendo suelos. Pixar y sus moralejas.
A. C.Primer título del estudio que ganó el Oscar de mejor película de animación (fue la tercera edición de la categoría). Por supuesto, además de la pericia técnica con las texturas líquidas del fondo del mar, hay que destacar el alma que brindan Albert Brooks y Ellen DeGeneres a los peces protagonistas (también muy bien valoradas sus voces españolas a cargo de José Luis Gil y Anabel Alonso); y recordar lo apabullantemente exacto que resulta el retrato de Willem Dafoe.
D. D. P.¿Tenía sentido arruinar una trilogía tan redonda como 'Toy Story' con una cuarta entrega? Evidentemente sí (el monetario), pero al menos se quiso dignificar la apuesta con una animación espectacular y una buena clausura del arco de Woody. Podía haber sido peor, aunque si hicieron 'Lightyear' por qué no tener un western con nuestro vaquero favorito.
A. C.Por desgracia, nunca veremos la versión que Chapman habría completado de no haber sido reemplazada en la dirección por Andrews cuando su visión sobre el filme que había escrito inspirándose en su propia relación con su hija chocó contra la de Lasseter. En cualquier caso, la melena rizosa y rojiza de Merida (con la voz no menos ardorosa de Kelly Macdonald) conserva la fuerza suficiente para hacer de este cuento de hadas materno-filial una experiencia tan mística y luminosa como un fuego fatuo.
D. D. P.Antes de 'Encanto', Disney dio alas al imaginario latinoamericano y al musicote aparejado en esta colorida joya. Puede que mediando el final nos diéramos cuenta de lo perfeccionada que tenía Pixar la manipulación del público, pero esa abuela Coco recordando a su padre con una sonrisa radiante nos exhortaba a pedir más manipulaciones así, por favor y gracias.
A. C.Las comparaciones con 'Call Me By Your Name' terminaron quedándose en nada: Luca tenía más de 'La sirenita' que de Timothée Chalamet jugando con melocotones. Aún así el supuesto subtexto homosexual nos dio un par de días de jugosa conversación tuitera, y además los estereotipos italianos nunca habían sido tan bonitos.
A. C.Disney inauguró esa costumbre feísima de estrenar las películas de Pixar directamente en streaming con una propuesta de colosal ambición, donde vinculaba el existencialismo con el jazz visto a través de la neurosis 'La La Land'. Al final lo más estimulante, sin embargo, era lo bien que estaban animados los conciertos.
A. C.'Los siete samuráis' en versión entomóloga, una llamada a la concienciación de clase y la organización sindical, el mayor monumento que se ha levantado a los insectos desde Ladislas Starevich o una de las películas originales más injustamente pasada por alto al hacer repaso de la edad dorada del estudio y, por eso mismo, libre de haber sido quemada sobremanera por memes y secuelas. El caso es que los fans de 'Bichos' cada vez son más legión.
D. D. P.La pubertad de Meilin Lee, en compañía de su familia chinocanadiense y sus fieles amigas (fans de la mejor boy band que nunca puso ojitos en la animación), es el centro del último hit de Pixar. Uno llamado a romper moldes tanto desde lo temático (con esas alegorías achuchables sobre la menstruación) como lo estético (demos la bienvenida al anime).
A. C.Más recordada por su inspirado arranque que por unos segundo y tercer actos considerablemente más convencionales, la historia del robotín basurero tiene grandes ideas de ciencia-ficción y un mensaje de alerta preapocalíptica que ojalá las nuevas generaciones puedan tomarse más en serio. Además, tiene un baile estupendo en el espacio exterior y al prota le gusta Gene Kelly. ¿El mayor homenaje de Pixar al musical?
D. D. P.No son solo el mensaje sobre la creatividad y su degustación, el ambiente parisino, la música de Giacchino o lo mucho que hacen salivar cada uno de los platos representados. La obra maestra de Brad Bird está construida sobre una de las piruetas argumentales más enrevesadas de todos los tiempos: el cocinero que prepara los platos guiado como una marioneta por una rata que a su vez está guiada por el espíritu de un chef famoso ya fallecido. Y, sin embargo, entra como la seda desde la primera cucharada.
D. D. P.¿Sabías que con las lágrimas que ha causado en todo el planeta el montaje que resume la relación de Carl y Ellie desde su estreno en el Festival de Cannes de 2009 podría haberse llenado veinticinco veces el lago Titicaca? Puede que la cifra no proceda de ninguna medición científica, pero las Cataratas del Paraíso tampoco existen y no por eso vamos a dejar de soñar con ellas.
D. D. P.La trilogía había crecido paralelamente a los espectadores infantiles de los años 90, de forma que aquella escena en el jardín con Andy se convirtiera en catarsis para toda una generación que, de repente, comprendía que se había hecho mayor. Fue un alivio que minutos antes los juguetes no hubieran sido incinerados, como se llegó a planear: sobre todo para Pixar que gracias a eso pudo seguir produciendo secuelas.
A. C.Ostensiblemente una de las mejores películas de superhéroes de su década y quizás la adaptación más acertada que nunca tendremos del concepto de familia superheroica a lo Cuatro Fantásticos. La velocidad cinética inyectada a sus escenas de acción resisten como la mejor traslación de la vertiginosidad de un Craig McCracken a la animación en 3D.
D. D. P.Inicialmente prevista para salir directamente al mercado doméstico, hubo quien pensó que la película era demasiado buena para ello. Justo a tiempo, porque gracias a eso pudimos disfrutar en cines de una prodigiosa avalancha de gags, en conjunto a la insinuación de lo mucho que nos haría llorar Pixar después (ese flashback con Jesse y su dueña).
D. D. P.Una obra con tantísimas ideas como 'Del revés' podría haberse olvidado de los niños o suponer un desastre ininteligible. Siendo como es un triunfo rotundo de Pixar, está claro que no fue así, compatibilizando su enérgica disección del cerebro humano con un discurso sobre asumir la tristeza como parte de nuestra vida enormemente influyente para la factoría.
A. C.Existe cierta tradición de grandes obras maestras de la animación familiar ('Nicky, la aprendiz de bruja', 'El viaje de Chihiro') que suponen para sus más jóvenes espectadores una minuciosa iniciación en uno de los mayores horrores de la edad adulta: el mundo del trabajo. La primera película de Pete Docter se integra de maravilla entre ellas con un derroche de imaginación, conceptos y personajes memorables sin olvidar en ningún momento que, por encima de todo, es una 'buddy movie' divertidísima, muy tierna y peluda.
D. D. P.La primera película de la historia de Pixar también podría ser la mejor. No significa que la flexo haya sido incapaz de estar a la altura del inicio de su trayectoria: todo se reduce a la precisión relojera de su guion, el encanto de sus personajes y la insinuación de todas las posibilidades de un medio recién nacido como era la animación 3D.
A. C.