Una de las cosas que más enfurece a los australianos es el escaso cuidado de los turistas del entorno. Son especialmente poco respetuosos con la fauna. Tampoco les gustan las burlas sobre su acento.
PixabayA los brasileños no les agrada que las favelas se conviertan en un parque de atracciones para los turistas. Allí viven personas con dificultades que no pueden ser tomadas a broma.
PIXABAYA los portugueses no les gusta nada que los españoles traten siempre de hablar con ellos en su propia lengua. No es tan difícil aprender algunas palabras del idioma y seguro que la persona local agradece el esfuerzo.
Pixabay/dimitrisvetsikasAlgo que molesta mucho a los locales es la mala fama que tienen internacionalmente sobre el consumo de alcohol y los intentos de los extranjeros para desafiar a los irlandeses en su ingesta. Por lo general, tampoco les gusta hablar sobre duendes y demás leyendas.
Pixabay/SkitterphotoPor lo general los finlandeses no son personas que se prodiguen mucho hablando, por lo que no les agradan las conversaciones vacías. También defienden su espacio personal y no les gusta que los turistas intenten regatear cuando compran algo.
Pixabay/arunas68En sus ciudades proliferan las bicicletas como medio de transporte y a los holandeses les suele molestar que los turistas invadan continuamente los carriles bici. Tampoco les gusta demasiado que les comparen a menudo con los alemanes.
Pixabay/NikodiEn la capital británica no sientan demasiado bien la actitud de los turistas visitando la ciudad. Ni que ocupen las arterias más concurridas de la urbe, ni el poco respeto que muestran en atracciones turísticas, con empujones y malos modos para ocupar un lugar mejor.
Pixabay/derwikiEn la ciudad francesa ocurre algo similar que en Londres. A los locales les molesta que los turistas se paren en los pasillos del metro y no permitan avanzar a los demás. También el poco respeto que muestran con los lugares de interés, como el Puente de las Artes, que está lleno de candados.
Pixabay/nathsegatoLos habitantes de Las Vegas están acostumbrados a vivir con determinados y molestos clichés. Algunos de los que más les indignan son el creer que siempre están yendo a locales de estriptis o que tomen a las mujeres por chicas fáciles.
Pixabay/PexelsA los filipinos no les sienta bien la vestimenta que llevan los turistas en ocasiones. Consideran que con frecuencia se pasean en ropa interior o bañador como si estuvieran en la playa, algo poco apropiado en centros comerciales o ciudades. Tampoco comparten que se les dé dinero a los niños que piden en la calle.
Pixabay/TheDigitalWayA los neoyorquinos tampoco les gusta que los turistas se queden parados en mitad de la calle o del metro. También llevan mal las faltas de respeto, especialmente con fotos y selfis en el monumento dedicado a los atentados del 11 de septiembre.
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