“Si algún día me pierdo búscame en Mazunte, costa de Oaxaca”. Seguro que muchos admiradores de Leiva, cantante y compositor, se han preguntado alguna vez cómo es ese lugar que aparece en uno de sus temas. Bañado por el Pacífico, cuenta con fantásticas playas, muy buen ambiente y un lugar de ensueño, Punta Cometa, para disfrutar del atardecer. En el Centro Mexicano de la Tortuga, que se puede visitar, cuidan de estos milenarios reptiles.
Getty Images/iStockphotoEsta aislada ciudad maya de Campeche, próxima ya a Guatemala, se encuentra enclavada en la selva tropical más grande de México, declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad. Llegar hasta aquí es toda una aventura: sus senderos los habitan jaguares, monos araña y todo tipo de aves. La zona arqueológica, con impresionantes estructuras, nos recuerda la intensa vida política y espiritual de sus antiguos moradores.
Getty Images/iStockphotoTodo un espectáculo de la naturaleza a cinco kilómetros de Tuxla Gutiérrez, en Chiapas. Nos sentiremos pequeños si recorremos en lancha el río Grijalva a través de este cañón, declarado Parque Nacional, con paredes que alcanzan los mil metros de altura por las que se precipitan impresionantes cascadas, como la del Árbol de Navidad. Las vistas desde sus miradores (El Tepehuaje, El Roblar, La Coyota, La Ceiba y Los Chiapas) son increíbles. ¡Atención a la fauna!
Getty Images/iStockphotoEn los confines del mundo, justo donde se mezclan las aguas del Mar de Cortés y las del Océano Pacífico, en Cabo San Lucas, la ciudad más vibrante de Baja California Sur. Es ahí donde emerge, poderoso, un impactante arco de granito creado hace 30 millones de años por puro capricho de la naturaleza. Junto a él, la playa del Amor, que esconde uno de los fenómenos más impresionantes de la península: las cascadas de arena submarinas.
Getty Images/iStockphotoPero, ¿dónde está? Esa es la pregunta que muchos se hicieron cuando comenzó a ser viral la imagen de una playa atrapada dentro de una caverna con el techo al descubierto. Tenemos la respuesta: en las Islas Marietas, un pequeño archipiélago a pocos kilómetros de Sayulita, en la Riviera Nayarit. Para llegar a ella primero hay que hacer un trayecto en bote, entre delfines y quizás ballenas, y después nadar a través de un túnel de roca volcánica. Tiene aforo limitado.
Ferran TraiteUn abismo natural, el séptimo del mundo, con 512 metros de profundidad. Las aves que habitan el Sótano de las Golondrinas salen cada mañana y vuelven al atardecer en medio de un indescriptible espectáculo. Y lo mejor: aquí se puede rapelar. Es solo una de las aventuras que ofrece Aquismón, en la exuberante Huasteca Potosina, donde también podemos llegar en panga hasta la cascada de Tamul, de 105 metros de altura, sobre el río Santa María.
Getty Images/iStockphotoEs un bosque, sí, pero está en el desierto. En concreto, en el de Sonora. Los sahuaros no son árboles sino cardones, cáctus gigantes, algunos con más de veinte metros de altura y trescientos años de vida. Sus siluetas parecen clavarse en el cielo rojo a la hora del atardecer… Lo encontraremos si, desde Hermosillo, ponemos rumbo a la bahía de Kino para practicar sandboard en las dunas (miden más de 65 metros) de la playa de San Nicolás.
Getty Images/iStockphotoEntre julio y agosto. Esa es la fecha en la que sucede uno de los mayores regalos que nos brinda la naturaleza. Hasta los bosques de pino y oyamel de Nanacamilpa, en Tlaxcala, tendremos que ir para visitar el Santuario de las Luciérnagas, donde en esta época estos curiosos coleópteros se reúnen para realizar su ritual de apareamiento. Mientras vuelan y danzan, ¡todo se llena de luz! Existen tours nocturnos para disfrutar del momento.
Ignacio ArcasSe llaman Socorro, Clarión, San Benedicto y Roca Partida. Son las islas e islotes que forman este archipiélago de Colima, en pleno Océano Pacífico. Ballenas jorobadas, mantas y tiburones martillo son algunos de los habitantes habituales con los que pueden encontrarse los buceadores que han hecho de este lugar su particular paraíso. Sus paisajes terrestres y marinos exhiben impresionantes volcanes activos, arcos y acantilados.
Michael BognerSi se llama así la laguna de los Siete Colores es porque ese es el número de tonalidades de azul que luce este precioso espacio natural, rodeado de manglares, perfecto para recorrer en canoa. Pertenece al Pueblo Mágico de Bacalar, en Quintana Roo, a cuya entrada aguarda el Cenote Azul, un impresionante ojo de agua en medio de la espesa vegetación. El Fuerte de San Felipe, del siglo XVII, protegía a la población de los bucaneros.
Diego Cardini