Los objetivos de transición ecológica y emisión cero de las empresas cogieron poder hace algunos años. Las grandes gestoras internacionales han sido parte de este camino para la descarbonización y adoptaron un papel protagónico para incentivar a sus propios inversores y administradores a tomar conciencia sobre el tema. Sin embargo, la guerra de Ucrania y la situación económica a nivel global puso en 'stand-by' el aceleró hacia el ‘net zero', que sin embargo vuelve a ganar protagonismo con el arranque de la temporada de juntas de accionistas.
El Grupo de Inversores Institucionales sobre el Cambio Climático (IIGCC) ha lanzado una iniciativa llamada ‘Compromiso Neto Zero’ con el objetivo de escalar y acelerar las pautas corporativas de las empresas con el clima. Hasta 93 inversores se sumaron para empujar a unas 100 compañías a que establezcan objetivos de descarbonización a corto plazo en su evolución hacia las cero emisiones en 2050, entre ellos Schroders, Pictet Group, PGGM o BNP Paribas entre otros.
Más de 100 compañías recibieron una carta con indicaciones de estos gestores, que les pedían que desarrollen lo antes posible una hoja 'verde' creíble. A través de cartas individuales a cada organización, el grupo de inversores buscaba asegurarse de que están llevando a cabo su plan o que pretenden ponerlo en marcha pronto. “Alentamos a las empresas a publicar sus programas de transición neto cero y que establezcan cómo pretenden conseguirlo”, indican en la carta.
“Estamos entusiasmados con la escalabilidad de la iniciativa y esperamos hacerla crecer en los próximos años, tanto en términos de los inversores involucrados como en la cantidad de empresas cubiertas”, apunta la CEO de IIGCC, Stephanie Pfeifer, en un comunicado. Este proyecto fue desarrollado con la idea de que pueda crecer a nivel global con el fin de que en los próximos 18 a 24 meses, se alcance el mayor número de empresas posible.
Sin embargo, la idea de los inversores es que no se trate de cualquier plan. Las agendas que presenten deben contar con hitos clave de reducción de emisiones a corto y mediano plazo y deben proporcionar detalles de cómo utilizarán su capital para estas gestiones. Las empresas que han recibido esta ‘alerta’ tienen un mes (hasta el 28 de abril) para enviar una respuesta: deben aclarar si están dispuestos o tienen la intención de aceptar el 'proyecto' e indicar si tienen planes de presentar su hoja de ruta de transición a votación de los accionistas y, de ser así, en qué año es probable que ocurra.
En plena época de juntas de accionistas este último último punto es clave para su aprobación. Para esto, además, el IIGCC ha creado una lista de cinco componentes que hacen un plan de transición ecológico viable y obtenga luz verde por todos los stakeholders: que tenga objetivos integrales y alineados con las emisiones netas cero; que sea creíble y realista; que tenga un compromiso demostrable para conseguir los propósitos; que contribuya a las ‘soluciones climáticas’, y hacer un seguimiento del rendimiento de las emisiones.
Al respecto la líder del compromiso climático de la multinacional británica Schroders, Carol Storey, ha comentado que como empresa han creado un programa e compromiso climático como parte de sus pilares sostenibles y que “alentar a las empresas a desarrollar planes de transición creíbles es el enfoque clave de esta iniciativa; Creemos que la forma en que una empresa responda a los desafíos del cambio climático podría, en última instancia, ser crucial en el futuro para sus resultados”.
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