Por qué los trenes 'verdes' no funcionan en la UE si son la alternativa más ecológica

Las diferencias de electrificación de la red entre los distintos países miembros europeos, la contaminación acústica o los altos costes en infraestructuras ferroviarias, entre los principales obstáculos para su éxito. 
Tren de CAF por Letonia
Tren de CAF por Letonia
Europa Press
Tren de CAF por Letonia

Pese a que los trenes son el medio de transporte masivo con menos emisiones de gases de efecto invernadero, este sector debe incrementar su atractivo en la UE. Para ello, es necesario avanzar en integración multimodal, reducir el ruido y aumentar la electrificación para cumplir con los requisitos medioambientales para 2050. Estas son las principales conclusiones del primer Informe Ambiental Ferroviario de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA), que planea publicar nuevas ediciones cada tres años.

En palabras del director ejecutivo de ERA, Joseph Dopperlbauer, "el tren tiene dos problemas significativos: la infraestructura extremadamente cara (...) y tiene perturbaciones por problemas en la infraestructuras o en los vehículos", así como la "fragmentación" de la red en los distintos sistemas nacionales.

Objetivos para 2050

Entre los objetivos de la Unión Europea para 2050 están duplicar el tráfico de mercancías por tren y triplicar el de pasajeros para ese año, así como reducir el uso de energía pero potenciar la verde, o explotar de manera más eficiente e inteligente una red de transporte integrada y multimodal.

Para ERA es "fundamental" seguir incrementando el transporte multimodal y desplazar más carga hacia el ferrocarril y las vías navegables, para lo que es necesario abaratar costes y reducir tiempos de tránsito, pues el 75 % del tránsito interior de mercancías va por carretera.

Según los datos de la Agencia Europea del Medioambiente sobre el tráfico de pasajeros, un avión libera 160 gramos de CO2 equivalente por pasajero-kilómetros frente a los menos de 20 gramos de un tren de alta velocidad.

Pese a que viajar en ferrocarril es 40 veces más seguro que hacerlo en coche, la progresión del transporte multimodal en favor del primero lleva décadas estancada por "la gran flexibilidad y disponibilidad del transporte por carretera, la falta de internalización de los costos externos, mayores inversiones en carreteras europeas que en la red ferroviaria y otros factores, como la velocidad, la fiabilidad, la frecuencia y el precio".

El problema del ruido

Si bien el transporte por tren es en general más ecológico que otros medios de transporte, también genera impactos medioambientales y "el efecto más importante" es el ruido al que están expuestos 22 millones de europeos.

Se han ido implementando medidas como el reemplazo de los sistemas de frenado, la creación de rutas más silenciosas o la instalación de barreras de protección contra el ruido a lo largo de las vías, pero estas están presentes en "poco más del 11% de la red ferroviaria total de la UE".

Sin embargo, tal y como señala ERA, aún se puede mejorar con barreras o amortiguadores de ruido y tratamiento de los raíles, especialmente en áreas urbanas.

Del 25% de las emisiones de CO2 que genera el transporte en la UE, los trenes son responsables solo del 0,4% "un nivel insignificante en comparación con otros medios de transporte", apunta la Agencia Ferroviaria de la UE.

Grandes diferencias nacionales en electrificación

Desde 2018 y hasta 2021, se electrificaron 2.000 kilómetros de la red ferroviaria europea. En 2021, aunque el 56,1 % de la red estaba electrificada, existía una gran diferencia entre países: desde el 2,6% de Irlanda hasta el 96,7% de Luxemburgo.

"No existen obstáculos técnicos para una mayor electrificación, pero los costos de modernización y electrificación de la infraestructura (...) deben considerarse caso por caso, teniendo en cuenta el potencial de tecnologías alternativas", según la agencia.

Electrificar algunas líneas podría no ser "económicamente viable", pues podría costar más de 1,5 millones de euros por kilómetro por túneles o similares.

Es estos casos donde se les cedería el testigo a las tecnologías alternativas, que ya "han demostrado su potencial", como los ferrocarriles impulsados por celdas de hidrógeno o los de baterías, que planean poner en marcha países como Alemania, Francia o Italia y tendrían "sentido" para reemplazar a trenes diésel para rutas no electrificadas de más de 100 kilómetros y para rutas de entrega de "último kilómetro".

Las claves que maneja Greenpeace

Según la organización ecologista Greenpeace, de las 990 rutas entre 45 ciudades europeas importantes sólo 114 (12%) tienen conexiones ferroviarias directas y otras 305 (31%) podrían tenerlas con la infraestructura existente, pero no están servidas.

"Europa ha extendido la alfombra roja a los viajes aéreos perjudiciales para el clima, colmándolos de exenciones fiscales, mientras que los trenes y la infraestructura ferroviaria se han marchitado (...). Es hora de que los gobiernos europeos y la UE corrijan este desequilibrio histórico", señaló Greenpeace.

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