La lucha de los bancos digitales por captar más clientes también afecta a las hipotecas a tipo fijo. En un contexto marcado por el encarecimiento del crédito para vivienda, los nuevos ‘players’ del sector buscan consolidar su presencia en el mercado hipotecario con intereses algo más bajos que la competencia tradicional. Un catálogo con cuotas fijas más atractivas puede servir de gancho, especialmente, para los colectivos más jóvenes, que son quienes más complicado tienen el acceso a la oferta bancaria.
Si bien los neobancos que ofrecen financiación destinada a vivienda también han aprovechado el repunte de los tipos, han optado por echar el freno a las subidas en la recta final del año. Al cierre de noviembre, según datos Kelisto, han decidido dejar su escaparate en ‘stand by’ en una franja de precios que oscila entre el 3-4%. La diferencia llega a ser de casi dos puntos con respecto a los pesos pesados del sector, que no han dudado en acelerar el encarecimiento de tipos al calor del ascenso del Euríbor.
Las seis entidades analizadas a raíz de los datos recabados por el comparador ‘online', han seguido un patrón similar durante el undécimo mes del año, manteniendo sin variaciones el precio de las hipotecas TAE sin bonificar a 30 años con respecto al cierre de octubre. EVO Banco lidera el podio como la más barata con una tasa del 3,12%. La firma propiedad de Bankinter ha atacado este campo con agresivas condiciones en los últimos meses, que le han llevado a elevar un 21% su balance de hipotecas hasta septiembre, con 1.021 millones.
Openbank (Banco Santander) e Imagin Bank (CaixaBank) también se han subido a este carro con un interés del 3,5% y del 3,93%, respectivamente, mientras que en TargoBank asciende al 4,34%. MyInvestor o Coinc, por su parte, también los mantienen sin cambios. Su estrategia de préstamos algo más baratos y la posibilidad de realizar los trámites vía ‘online’, que ha experimentado un crecimiento cercano al 50%, son dos de sus principales puntales a la hora de ganar cuota de mercado.
La única excepción viene de la mano de ING, que sube el interés del 3,86% al 4,13% durante noviembre en el caso de no vincular ningún producto. La firma holandesa realiza este movimiento tras abrir una guerra hipotecaria en la que reduce el interés de las fijas al 3,55%, el de las mixtas al 3,25% y en las variables aplica un diferencial del 0,59%.
El ejercicio 2022 está siendo muy dinámico en cuanto a la renovación del catálogo hipotecario, comportamiento que se aceleró todavía más durante el verano. En la recta final del año esta tendencia ha moderado su avance. A la espera de que el Banco Central Europeo (BCE) acometa la última subida de tipos del año con la inflación en la zona euro aún sin tocar techo, la mayoría de los analistas prevén que el pico del Euríbor se produzca antes de 2023.
Durante septiembre la formalización de nuevas hipotecas a través del tipo fijo se redujo hasta el 68% del total, tres puntos con respecto al mes anterior y su cifra más baja del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este segmento había ganado cuota de forma progresiva desde 2009, después de años relegado a una cifra residual. Con el ‘despertar del euríbor’ los bancos no querían quedarse rezagados tras varios ejercicios de estrechos márgenes y han maniobrado para encarecer las fijas y fomentar así el variable, una táctica que las nuevas entidades del sector parece que están utilizando a la inversa para hacerse un hueco en el mercado complejo de las hipotecas.
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