El Banco de España, el Fondo Monetario Internacional, la Fundación de las Cajas de Ahorros y ahora también la Comisión Europea. En un contexto en el que el PIB español avanzó cinco veces más que la media de la Eurozona el año pasado (al 2,5% frente al 0,4%) y donde el dinamismo de la actividad se da por descontado en el corto plazo, varios organismos y analistas han advertido sobre el impacto que la debilidad de la inversión podría tener para el crecimiento en el medio y largo plazo. Bruselas hace suya esta observación y la incorpora al informe de previsiones económicas publicado el miércoles.
El Ejecutivo comunitario prevé que la inversión mejore en 2024 gracias a que España pisará el acelerador en el despliegue del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia -y en el de los fondos europeos a él asociados-, gracias a la situación saneada de las empresas y gracias, también, a unas condiciones de financiación que se irán flexibilizando a medida que el Banco Central Europeo empiece a bajar los tipos de interés ya desde el mes que viene -si se cumple el calendario previsto-.
Sin embargo, los economistas de la Comisión inciden en que si se producen sorpresas a la baja en la evolución de la actividad económica de los principales socios comerciales de España, las perspectivas económicas podrían empeorar al verse afectadas tanto la demanda externa como la inversión privada. Recuerdan, además, que ante el endurecimiento de la política monetaria los últimos años las familias y las empresas han optado por la cautela en sus decisiones económicas y cómo de mantenerse este comportamiento puede impedir que la inversión despegue.
"En vista del impacto de las alzas de los tipos de interés de los últimos años, un comportamiento preventivo persistente por parte del sector privado con preferencia por un mayor desapalancamiento plantea riesgos a la baja para el crecimiento de la inversión", apunta el informe. Si, por el contrario, las empresas no financieras van normalizando poco a poco sus niveles de inversión y también se reduce la tasa de ahorro de los hogares -que sigue siendo elevada- pueden proporcionar un impulso adicional a la demanda interna.
El avance de los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral, publicado recientemente por el INE, apuntó a un crecimiento de la economía española del 0,7% entre enero y marzo en relación al trimestre previo, gracias al impulso de consumo, exportaciones y de la inversión. Esta aumentó un 2,6% en relación al tramo final del año pasado y aportó 0,5 puntos al crecimiento, sobre todo por el buen comportamiento en bienes de equipo (+3,7%), dado que la inversión en vivienda se redujo un 0,25% trimestral.
Una inversión débil y los riesgos por la fragmentación política
La inversión se mantiene aún por debajo de los niveles previos a la pandemia y, no sólo puede comprometer el avance de la economía a medio plazo, sino también la reducción del déficit y la deuda al ritmo que exigen las nuevas reglas fiscales a nivel europeo. En el caso de España esto tiene mucho que ver con el escenario adverso que el país afronta en lo demográfico y que disparará el gasto público a lo largo de las próximas décadas.
En los últimos siete años, el país apenas ha rebajado dos puntos su diferencial de innovación con la media de la Unión Europea, como evidencia el índice que la Comisión Europea publica desde 2016 a partir de indicadores como la atracción de talento, la inversión en investigación y desarrollo o el uso de tecnologías de la información. España estará abocada a un "ajuste abrupto" hasta 2027 para poder ceñirse a las nuevas reglas fiscales si la inversión se mantiene tan débil. Esta vez era Funcas la que hacía la advertencia y apuntaba a que dicho ajuste podría alcanzar los 19.500 millones los tres próximos ejercicios.
Parte de esa debilidad puede tener que ver con el escenario de fragmentación política al que se han referido, entre otros, el Fondo Monetario Internacional. El apunte que hace el organismo con sede en Washington lo suscribe el Banco de España, que constata cómo la pérdida de confianza en las instituciones ha sido mayor a nivel nacional que en los países de la Eurozona a lo largo de las últimas décadas. Así, la entidad capitaneada por Pablo Hernández de Cos cree que impulsar la eficacia y la eficiencia de las Administraciones Públicas españolas podría contribuir a elevar la productividad y tener un efecto positivo en las decisiones de gasto, inversión e innovación del sector privado.
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