La economía española aguantó el año pasado el entorno de incertidumbre provocada por la inflación, el shock energético y las consecuencias de la guerra en Ucrania. El PIB avanzó un 5,5% en el conjunto del ejercicio, por el tirón de la demanda interna, que aportó 2,8 puntos al crecimiento, gracias a que el consumo y la inversión tanto públicos como privados crecieron por encima del 4%. Resistió también el embate el sector exterior, que contribuyó en 2,6 puntos al avance total con el dinamismo de las exportaciones en un entorno de ralentización de nuestros principales socios comerciales.
En términos de empleo, el año pasado se crearon 386.000 puestos de trabajo a tiempo completo y la productividad/hora recuperó prácticamente los niveles previos a la pandemia. El avance de los datos de Contabilidad Nacional que ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela cómo en entre octubre y diciembre el crecimiento siguió siendo débil, del 0,2% en relación al trimestre previo, en un contexto marcado por la desaceleración a nivel global. El INE ha revisado también al alza al 0,2% el crecimiento del tercer trimestre, que inicialmente situó en el 0,1%, en un momento en el que la inflación había marcado un pico en el 10,8%.
En términos interanuales el PIB avanza un 2,7%, frente al 4,8% del trimestre precedente. Esto fue así debido sobre todo a una menor aportación de la demanda interna, con la inflación en niveles todavía elevados y un encarecimiento paulatino de los costes de financiación en plena subida de tipos por parte del Banco Central Europeo. En concreto, la contribución de la demanda nacional al crecimiento del PIB interanual fue de 0,6 puntos, dos puntos menos que en el tercer trimestre, en tanto que la demanda externa contribuyó con 2,1 puntos, una décima menos.
Frenan el consumo y la inversión en el cuarto trimestre
El gasto en consumo final frenó cinco décimas entre octubre y diciembre en relación al mismo periodo del año previo, hasta el 2,4%. En concreto, el de los hogares ve reducirse su tasa interanual en más de dos puntos hasta el 2,6%, si bien se ve compensado por el hecho de que el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas avanza 3,7 puntos más, al 1,9%. La formación bruta de capital (inversión) registra una merma notable en relación al trimestre previo y retrocede un 5,5%. Mientras, la inversión en viviendas disminuye 2,3 puntos, pasando del 6,4% al 4,1% en plena subida de los costes de financiación.
Ese 5,5% de crecimiento en el conjunto del ejercicio es idéntico al registrado en 2021 y supera en 1,1 puntos la previsión incluida por el Gobierno en el cuadro macroeconómico que sirvió de base para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2023. También es mayor que el cálculo que hacían los principales organismos nacionales e internacionales. "En un contexto internacional de gran incertidumbre, marcado por las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania, la economía española ha demostrado una gran solidez y resiliencia", apuntan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos.
A precios corrientes, el PIB se situó el año pasado en 1.328.922 millones de euros, por lo que aumentó un 10,1% en relación a 2021. "España prácticamente ha recuperado el nivel de PIB previo a la pandemia", apunta el departamento que capitanea Nadia Calviño.
Fuerte grado de incertidumbre y ausencia de algunos datos
El INE explica que este avance de resultados está elaborado con la información actualmente disponible y que la mayoría de los indicadores estadísticos coyunturales ofrecen resultados hasta el segundo mes del trimestre (noviembre). Estadística ha podido añadir en esta ocasión, a la información de base habitualmente empleada, resultados adelantados de algunas fuentes referidos al mes de diciembre, estimaciones de indicadores basados en datos administrativos y otras fuentes adicionales que complementan a las usuales, todo ello en línea con las recomendaciones de Eurostat y otros organismos estadísticos internacionales.
No obstante, incide en que por diversas razones relacionadas con el calendario de disponibilidad de algunas de estas fuentes en el último trimestre, "el volumen de información adelantada del que se ha dispuesto en este avance ha sido menor que en ocasiones anteriores". Este hecho, unido a la dificultad inherente a la medición estadística de cambios de coyuntura de esta magnitud, "hace prever que las futuras revisiones de los resultados hoy publicados puedan ser de una magnitud mayor que la habitual", apunta Estadística en la nota publicada.
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