Aunque no existe ninguna regulación que determine la edad máxima a la que se puede pedir una hipoteca en España, tanto los bancos como otras entidades financieras es habitual que concreten una limitación de edad, que está reflejado en sus políticas de riesgo. La realidad es que es un factor importante y este hecho viene dado por la posibilidad progresiva de impago a medida que cumplen años.
Las entidades bancarias tienen un perfil idóneo para conceder las hipotecas, pero son muchas las personas que tratan de acceder a este tipo de préstamos y sus características son muy diferentes. En todo caso, sí que establecen una serie de requisitos que se deben cumplir, y entre ellos se encuentra la edad máxima hasta la que es posible realizar la solicitud del préstamo.
Cada banco puede establecer esta dentro de su política de riesgo, y aunque puede haber variaciones de unos a otros, lo usual es que el máximo se fije en 75 años. No obstante, conviene aclarar que esto no quiere decir que la pueda solicitar una persona de hasta 75 años de edad en el momento actual, sino que deberá tener como máximo esa edad en el momento de que el préstamo llegue a su vencimiento. De esta forma, lo que establece el banco es la edad máxima a la que una persona deberá haber devuelto su hipoteca.
¿Cuál es la mejor edad para pedir una hipoteca?
Una vez vista la política que aplican las entidades bancarias a la hora de fijar límites de edad para la solicitud de un préstamo hipotecario, conviene conocer cuáles son las mejores edades para pedir una hipoteca.
Para empezar, hay que tener en cuenta que, de cara a las entidades financieras, los clientes de entre 25 y 35 años no son sus clientes preferidos, ya que llevan asociados ciertos riesgos, principalmente porque a esa edad muchos no están consolidados en el mercado laboral o tienen un trabajo inestable. A pesar de que se puede pedir una hipoteca sin ahorros, por lo general es necesario disponer de unos ahorros que representen el 30% de la vivienda, y con esta edad puede ser difícil que se cuente con ese dinero.
Si nos vamos a un rango superior, de entre 35 y 45 años, nos encontramos con el perfil ideal para los bancos, por lo que esta es la mejor edad para solicitar un préstamo hipotecario. Esto se debe a que la mayor parte de los usuarios reúnen mejor los requisitos para su concesión, siendo habitual que en esa franja de edad ya se disponga de un buen colchón ahorrado para poder afrontar los costes iniciales de la compra de la vivienda, sumado a una mayor estabilidad laboral y económica.
A partir de 45 años las dificultades para que se conceda una hipoteca crecen, ya que dado que el límite bancario de tener 75 años como máximo en el momento de llegar a su vencimiento, hace que el periodo de amortización tenga que ser muy inferior, suponiendo unas cuotas mensuales más elevadas y, por tanto, haciendo que sea menos probable su concesión.
Si nos vamos por encima de los 60 años, las posibilidades de que se conceda un préstamo son mucho más reducidas, teniendo en cuenta que en este caso solo se podrá acceder a un plazo de amortización de 15 años, lo que supone tener que desembolsar unas cuotas muy elevadas cada mes. Además, las entidades financieras tendrán que valorar diferentes factores como la capacidad de endeudamiento de esa persona, sus ahorros o los extras económicos de los que pueda disponer.
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