En vistas de poder mantener una buena calidad de vida en el futuro, los planes de pensiones son una de las mejores opciones para poder conseguir ahorros para el momento en el que llegue la jubilación. En España, estas aportaciones periódicas se pueden realizar tanto a través de planes de pensiones propios como laborales.
Las entidades bancarias ofrecen planes de pensiones a aquellos ciudadanos que quieren ahorrar para su jubilación, pero hay quienes desconocen cuál es el mejor momento para contratarlos. En este sentido, los expertos aseguran que, aunque no hay un momento perfecto para ello, sí que es aconsejable hacerlo lo antes posible.
Dado que la legislación española establece una edad mínima de 18 años para poder acceder a un producto financiero con los planes de pensiones, lo ideal en el mejor de los escenarios sería alcanzada esta edad, aunque en ese momento muchas personas aún no trabajan, por lo que en la práctica puede resultar un tanto complicado.
Cuándo es el mejor momento para contratar un plan de pensiones
Aunque realmente se puede contratar un plan de pensiones en cualquier momento, empezar lo antes posible permitirá realizar un menor esfuerzo para ahorrar. Contratarlo lo antes posible es aconsejable pensando en el ahorro, y por este motivo la gran mayoría de las personas acostumbra a contratarlo entre los 35 y los 55 años, cuando lo habitual es disponer de una estabilidad laboral que permite esta inversión.
En función del momento en el que te encuentres, la edad, el objetivo de ahorro y la aversión al riesgo, se puede optar por diferentes tipos de planes de pensiones. De esta manera, cuánto mayor riesgo se esté dispuesto a asumir y menor distancia haya hacia el momento de la jubilación, menor será la exposición a la renta variable, que es más arriesgada y volátil, y mayor la renta fija, que ofrece más estabilidad a cambio de beneficios potenciales más bajos.
De esta manera, quienes tengan menos de 40 años de edad, es preferible que apuesten por un plan de pensiones en el que la cartera cuente con un 70% de renta variable y un 20% de renta fija, un activo más arriesgado, pero con una rentabilidad potencial mayor a largo plazo. Entre los 40 y los 45 años se puede optar por una combinación de renta variable en un 60% y una renta fija en un 40%.
Por su parte, entre los 45 y los 55 años, será un buen momento para apostar por una cartera con un plan de pensiones en el que predomine la renta fija sobre la variable en un 60% frente a un 40%, respectivamente; y después de los 55 años, los porcentajes se deben ajustar para invertir un 30% en renta variable y un 70% en renta fija. Para finalizar, una vez superados los 60 años de edad, se recomiendan planes de pensiones de escaso riesgo, con renta fija, que permitan así asegurar el capital que se ha conseguido acumular con el paso de los años.
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