Se esperan más medidas a corto plazo

El Gobierno se deja el 10% de los fondos europeos en las medidas antiinflación

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El Gobierno se deja el 10% de los fondos europeos en las medidas antiinflación.
Europa Press
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El Gobierno sigue tratando de capear las consecuencias económicas que han arrastrado dos de los acontecimientos más importantes que ha sufrido Europa en este siglo. Un escenario que ha puesto en solfa el efecto de las medidas adoptadas por Bruselas para combatir el primero de los escenarios: el 'shock' de oferta provocada por la crisis de la Covid. De esta forma, el plan de estimular la economía española con el envío de hasta 140.000 millones se está frustrando tras la guerra en Ucrania, que ha empujado al Ejecutivo a aprobar dos decretos anticrisis que supondrán en 2022 un coste extra de 15.000 millones. Una cantidad que aunque no proviene de los fondos europeos supone ya el 10% de la ayuda histórica aprobada por la UE. Lo que dificultará todavía más la ansiada recuperación.

Esta semana, Bruselas dio luz verde al segundo pago de los fondos europeos, que será de 12.000 millones de euros tras constatar el cumplimiento de los compromisos del Gobierno en el Plan de Recuperación. Una cantidad que se suma a los 9.000 millones de anticipo y a los 10.000 millones del primer pago (en total, 31.000 millones). No obstante, todavía queda un escollo final: es necesario recibir el visto bueno del Comité Económico y Financiero (formado por dos representantes de la Comisión Europea, dos del BCE y otros dos de cada uno de los Estados miembros) para que el desembolso sea efectivo.

Justo antes de que comenzara la cumbre de la OTAN, Sánchez quiso zanjar con su ejecutivo la prórroga del plan de choque contra los efectos de la guerra. Así, y tras un Consejo de Ministros extraordinario, el presidente anunció nuevas medidas con las que tratar de paliar la subida de los precios. Entre estas, cabe mencionar la reducción hasta un 5% del IVA de la electricidad, un bono social de 200 euros para familias vulnerables y un futuro impuesto a los beneficios extraordinarios de las eléctricas (que se cargaría en enero de 2023).

Sánchez enfatizó durante varios momentos de su intervención el coste que ambos decretos le suponían a su ejecutivo, ya fuese 'vía gasto' (por las ayudas) o por no ingresar (al reducir la recaudación). "Es un esfuerzo extraordinario desde el punto de vista presupuestario. Este último decreto va a suponer un esfuerzo de 9.000 millones de euros (5.500 millones en gasto y 3.600 millones en bajada de impuestos). En total, a final de 2022 el Gobierno habrá invertido con los dos decretos cerca de 15.000 millones, más de un punto del PIB de nuestro país".

Sánchez comparece tras la reunión del Consejo de Ministros Extraordinario el pasado sábado.
Sánchez comparece tras la reunión del Consejo de Ministros Extraordinario el pasado sábado.
Jesus Hellin 2022

Otras medidas que han contribuido a ese gasto de 15.000 millones para el Estado han sido el incentivo del transporte público (con la reducción del 50% del precio de todos los abonos de transporte que competen al Estado y del 30% para los abonos de transporte prestados a las CCAA y las entidades locales); el aumento de un 15% de las pensiones no contributivas (lo que supondrá un ahorro de 60 euros al mes y de 370 euros de aquí a final de año para aquellos beneficiarios) o la limitación al precio de la bombona de butano. 

A este contexto hay que añadirle los contratiempos que el Ejecutivo está encontrando mientras gestiona los fondos. Son constantes las críticas del tejido empresarial del país por el retraso de las ayudas o la dificultad para acceder a ellas (como ocurre con el programa del 'kit digital' de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño). Además, muchos ministerios han tenido que recurrir a la subcontratación privada ante su incapacidad por gestionar la ingesta cantidad de dinero.

El gasto del Gobierno puede incluso superar el 10% en los próximos meses con nuevas medidas que alivien la subida de precios. La última vez que España sufrió una inflación de dos cifras fue a finales de los años setenta. Un fenómeno monetario al que el equipo económico de Suárez le hizo frente a través de la devaluación de la peseta (herramienta que no posee Calviño), la indexación de los salarios a la inflación futura, la creación de impuestos como el IRPF (para que pagaran más aquellos que más tenían) o la reducción del déficit comercial (con un aumento de las exportaciones frente a las importaciones). 

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