Integrará nuevas fuentes de datos

El INE modificará el cálculo del PIB tras los cambios en la cúpula del organismo

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El INE modificará el cálculo del PIB tras los cambios en la cúpula del organismo
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"El PIB es un indicador muy importante, pero tiene ciertas carencias. No refleja factores clave de progreso económico y, por otra parte, tiene cierto retraso por su carácter trimestral". Con estas palabras, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, cuestionó públicamente por primera vez hace ya más de un año el Producto Interior Bruto (PIB) como fiel reflejo de la realidad económica del país. Y en ese momento se abrió un debate entre el Ejecutivo y el Instituto Nacional de Estadística (INE) -y también en el mundo académico- que desembocó en la dimisión del entonces presidente del organismo público, Juan Rodríguez Poo, y en el nombramiento de Elena Manzanera como nueva responsable.

Superada la crisis en el organismo, el Ministerio de Asuntos Económicos se ha puesto manos a la obra para corregir esas carencias del PIB tras abordar con Estadística la adecuación del indicador con el objetivo de hacerlo más exacto incorporando nuevas fuentes de datos. No en vano, el equipo de Calviño ya lleva meses adoptando como su principal referencia a la hora de medir el pulso de la recuperación de la economía un conjunto de indicadores de alta frecuencia que le permiten medir la actividad diaria y que se basan en información sobre gastos con tarjeta bancaria proporcionados por los bancos, patrones de movilidad a partir de los datos de que disponen los operadores de telecomunicaciones, flujos de afiliación diaria a la Seguridad Social y otros indicadores de confianza o producción.

En concreto, en el borrador del Proyecto de Real Decreto por el que se aprueba el Programa anual 2023 del Plan Estadístico Nacional 2021-2024, elaborado por el Ministerio de Asuntos Económicos, se hace referencia en las actuaciones y estrategias operativas a la necesidad de "continuar incrementando la explotación de los registros administrativos en la producción de estadísticas oficiales" y "de forma especial en las estadísticas económicas, de modo que mejoren su calidad y la de las de estadísticas de síntesis que usan sus resultados, como el Sistema de Cuentas Nacionales". Y aparece como novedad la "creación de bases de datos integradas de indicadores de coyuntura para la modernización del sistema de producción de los principales agregados trimestrales de la Contabilidad Nacional (PIB)".

Fuentes del INE explican a La Información que "en 2023 y en la Revisión Estadística 2024 se está avanzando hacia la adaptación de las fuentes y métodos de las cuentas trimestrales a los nuevos desarrollos previstos en las estadísticas coyunturales básicas y la integración de nuevas fuentes emergentes de datos". Es decir, que ya el año que viene se empezarán a incorporar algunos de esos novedosos indicadores de alta frecuencia al cálculo del PIB. Y añaden que, en particular, "se está trabajando ya en una reingeniería tecnológica de su proceso de producción que garantice una mayor eficiencia y seguridad en el almacenamiento y tratamiento de la información de base y en los procesos de compilación, permitiendo focalizar los recursos disponibles en una mayor capacidad de análisis".

Desde el INE aclaran, además, que "el PIB tiene una fórmula de cálculo fija" que "no se va a mover", ya que viene determinada por un reglamento europeo de 2013 relativo al sistema de cuentas nacionales y regionales de la UE. Si bien fuentes del organismo público sí confirman que el departamento "trabaja permanentemente en el análisis de fuentes alternativas de datos que permitan mejorar la puntualidad y granularidad de los datos", en línea con lo que establece el borrador del Proyecto de Real Decreto por el que se aprueba el Programa anual 2023 del Plan Estadístico Nacional 2021-2024 en el apartado de estrategias operativas.

Como decimos, hace meses que en el equipo económico del Gobierno trabajan intensamente para intentar comprender qué le está sucediendo a la composición cualitativa del PIB. La conclusión a la que han llegado después de mucho estudiarlo es que tanto la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 como la que España encara en la actualidad, de componente energético y de ruptura de las cadenas de suministros, son completamente novedosas y la composición tradicional del PIB no es capaz de reflejar su impacto real. En este contexto, se muestran partidarios de "modular" los indicadores en función de las características de cada crisis económica y así defienden su cuadro de indicadores diarios alternativo a la Contabilidad Nacional del INE para sostener la pujanza de la economía frente al frenazo que muestran los registros de Estadística.

Desde el organismo que pilota en la actualidad Elena Manzanera también han reconocido que en los últimos tiempos se han enfrentado a grandes dificultades para elaborar las estadísticas, en general. Además de los problemas derivados de la propia pandemia, como las restricciones a la actividad, también se han encontrado con complicaciones a la hora de encajar algunas realidades, como las reducciones de jornada de los trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo o los múltiples errores de cálculo en las perspectivas empresariales. En este contexto, fuentes gubernamentales aseguran que llevan tiempo abordando con el INE el asunto del PIB y coinciden en que los indicadores adelantados no se están reflejando bien en los datos trimestrales.

Fuentes de ámbito académico coinciden en este diagnóstico, al tiempo que dan la bienvenida a las modificaciones que va a llevar a cabo el INE en la fórmula de cálculo del PIB a partir del próximo año. "Es algo que debían haber hecho hace mucho tiempo porque la contabilidad trimestral se estima con modelos econométricos y hoy en día el big data permite disponer de información más fiable, a menor coste, para obtener datos en tiempo real, tal y como hace la Agencia Tributaria", aseguran. De hecho, estas mismas fuentes afirman que los registros de Hacienda basados en las declaraciones de los contribuyentes y de las empresas ponen de manifiesto que el INE está subestimando el crecimiento de la economía. Es más, según la estadística trimestral de las declaraciones del IVA de la Agencia Tributaria, el PIB habría recuperado los niveles prepandemia desde el cuarto trimestre de 2021.

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