La corriente inflacionista que desde hace meses se ha instaurado en la economía se está traspasando a los costes laborales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el primer trimestre, el coste por hora trabajada aumentó un 4,6%, en su séptimo trimestre consecutivo al alza. No se registraba un incremento tan significativo desde 2020, cuando durante este indicador llegó a incrementarse a un ritmo superior al 8%.
De hecho, existen una serie de sectores en los que la tasa está avanzando a un ritmo especialmente significativo. En los tres primeros meses de 2023, por ejemplo, colectivos como la industria extractiva o el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado registraron incrementos que llegaron a superar el 9% interanual. Únicamente un sector, las actividades financieras y de seguros, sufrió retrocesos en el primer trimestre de 2023. Concretamente, se redujo un 5,8%.
El ritmo de crecimiento del coste por hora trabajada está siendo ascendente en los últimos trimestres. En concreto, el aumento registrado entre enero y marzo es el más significativo en siete trimestres, cuando este indicador comenzó a rebotar. La última vez que se registró un descenso, se produjo en el segundo trimestre de 2021.
La inflación de 'segunda ronda'
Aunque la tasa general de inflación lleva unos meses aflojando, la tensión sobre los costes por hora trabajada podría continuar en los próximos meses, teniendo en cuenta la revisión de convenios, que está traspasando a los salarios parte de la inflación del año pasado.
Los economistas han llamado la atención sobre este efecto, conocido como la inflación de segunda ronda, que es un aliciente para que las tasas de inflación se mantengan por encima de su media histórica y complican la labor del Banco Central Europeo (BCE) a la hora de establecer subidas de tipos de interés que sean equilibradas entre el control de la subida de los precios y su impacto económico.
La presidenta del organismo, Christine Lagarde, lleva lanzando de forma reiterada mensajes de que la inflación subyacente continúa siendo un problema a controlar por el banco central y eso a pesar de que las economías de la zona euro están lanzando mensajes de debilidad.
De hecho, los analistas continúan pronosticando subidas de tipos en la zona euro. Una de las últimas que ha actualizado sus estimaciones es Natixis, que anticipa que al organismo europeo le quedan más subidas que a la Fed.
Comentarios