Entre 2014 y 2023

La vivienda y la falta de ayudas reduce en 500.000 el número de menores de 4 años en una década

Una niña gatea en las instalaciones de la nueva escuela infantil de Lezkairu, a 16 de agosto de 2022, en Pamplona, Navarra (España). Este nuevo recinto escolar está ya preparado para acoger 114 niños de entre 0 y 3 años en jornada completa para el próximo curso. El edificio, para el que la ciudad ha invertido más de 3,7 millones de euros, suma la duodécima equipación en la red de Escuelas Infantiles Públicas de Pamplona. 16 AGOSTO 2022;PAMPLONA;NAVARRA;LEZKAIRU;ESCUELA Eduardo Sanz / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 16/8/2022
 Eduardo Sanz / Europa Press(Foto de ARCHIVO)16/8/2022
Europa Press
Una niña gatea en las instalaciones de la nueva escuela infantil de Lezkairu, a 16 de agosto de 2022, en Pamplona, Navarra (España). Este nuevo recinto escolar está ya preparado para acoger 114 niños de entre 0 y 3 años en jornada completa para el próximo curso. El edificio, para el que la ciudad ha invertido más de 3,7 millones de euros, suma la duodécima equipación en la red de Escuelas Infantiles Públicas de Pamplona. 16 AGOSTO 2022;PAMPLONA;NAVARRA;LEZKAIRU;ESCUELA Eduardo Sanz / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 16/8/2022

Es un proceso que se está dando en todas las sociedades occidentales y muy especialmente en el Sur de Europa y que en el caso de España está fuertemente vinculado a los problemas de acceso a la vivienda... aunque no sólo. Entre 2014 y finales de 2023 el número de niños de cero a 4 años se redujo en 500.000 a nivel nacional hasta los 1,8 millones. En apenas una década pasaron de representar el 5 al 3,7% del total de la población, cuando en el mismo periodo en la Unión Europea han pasado del 5 al 4,6% del conjunto de habitantes. 

La caída de la tasa de fecundidad en Europa tiende a asociarse con sus posibles repercusiones en lo económico, como el envejecimiento de la población y los gastos derivados que deben asumirse desde el sector público, la propia sostenibilidad de los sistemas de bienestar o, en lo laboral, la escasez de mano de obra. Sin embargo, el último informe 'Focus on Spanish Society', editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) a partir de datos de Eurostat, pone énfasis en otra consecuencia demográfica y social que pocas veces se toma en cuenta: la menor presencia e influencia de los niños en la sociedad.

Las causas de este descenso de la población infantil hasta los cuatro años son múltiples y abarcan distintos ámbitos, como explica a este diario María Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas. Están las dificultades de acceso a la vivienda, cuando se cumple una década desde que los precios de los inmuebles comenzaron a subir tras el  'pinchazo' de la burbuja inmobiliaria que desató la crisis financiera, pero también el alargamiento de la etapa educativa, los problemas para emparejarse por los distintos niveles educativos de mujeres y hombres, así como las escasas ayudas destinadas a familias con menores, ante un sistema fiscal que ha venido priorizando a quienes se encuentran ya en la edad de jubilación.

Pérdida de poder adquisitivo y precios de la vivienda al alza

La experta señala que la gran crisis afectó más a las familias con hijos, sobre todo a las monoparentales, y cómo para muchas fue difícil o imposible tener un segundo hijo, aunque lo deseasen. Estas dificultades también tienen que ver con lo que ha sucedido en el mercado de trabajo a lo largo del periodo de referencia. Si bien los sueldos repuntaron de forma notable en 2023, sobre todo entre los trabajadores en puestos más bajos, la concatenación de dos crisis (financiera y pandemia) y los 'choques' energético e inflacionario han impedido a los empleados recuperar el poder adquisitivo que tenían en 2007, como constata el informe anual sobre salarios que la escuela de negocios EADA elabora conjuntamente con la consultora de recursos humanos ICSA.

Es una instantánea que refleja también el IX Monitor Adecco sobre Salarios, el último publicado hasta la fecha y que se ha elaborado con datos de la Encuesta de Costes Laborales del INE y de Eurostat. Una de sus principales conclusiones es que en 2022 el salario medio registró una pérdida de poder adquisitivo del 7% en relación al inicio de la crisis financiera (2008), debido al fuerte encarecimiento del coste de la vida que se ha venido produciendo en los años posteriores a la crisis de la Covid-19. 

No es de extrañar que la vivienda se haya convertido en un un nuevo foco de desigualdad, sobre todo para la población más joven, y que haya contribuido a ampliar la brecha de riqueza con sus mayores, como advierte el Banco de España. En la última edición de su Encuesta Financiera de las Familias, el organismo constata que el porcentaje de hogares de menos de 35 años que son propietarios de su vivienda habitual no ha dejado de caer desde el año 2011, hundiéndose casi a la mitad (ha pasado del 69,3% al 31,8%). 

El poder adquisitivo no ha terminado de recuperarse y los precios de la vivienda, que venían de marcar máximos históricos antes de la crisis financiera, han recuperado buena parte de lo perdido desde finales de 2007. Esto, unido al mayor coste del crédito a raíz de las últimas subidas de los tipos de interés, ha impedido a una parte de la población acceder a una vivienda en propiedad y ha tensionado más el mercado del alquiler. Los efectos sobre el retraso en la edad de emancipación de los jóvenes son evidentes, dado que los españoles son los cuartos a nivel europeo que más tarde abandonan el hogar familiar. Lo hacen de media a los 30,3 años. 

Etapa educativa más larga, menos ayudas y diferencias con la UE

En esta decisión influye el hecho de que cada vez más jóvenes hayan ido alargando sus estudios, como pone de manifiesto el 'Education at a Glance' de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En lo que va de siglo el porcentaje de personas de 25 a 34 años que tenían estudios terciarios en España, ya sea una carrera universitaria o un ciclo de formación profesional superior, se ha incrementado en más de 16 puntos y suponen ya más de la mitad (50,5%). Este hecho, que suele asociarse a mejores resultados económicos, laborales y sociales, implica también un retraso en la edad a la que los jóvenes pueden independizarse y optar a tener hijos.

Cuando lo desean, también se encuentran con más trabas y menos respaldo público que en otros países europeos para poder poner en marcha su proyecto vital. Las diferencias con los países del Norte de Europa son especialmente acusadas. María Miyar cita las políticas de conciliación y la actividad del Estado, así como el diseño de las bajas de maternidad o de las excedencias en los que España se ha quedado a medias, y que acaban por generar una situación de "sobrecarga" en las familias. El informe de Funcas apunta a que países como Suecia (5,5%) e Irlanda (5,7%) presentaban los porcentajes más elevados de menores de 0 a 4 años.

La magnitud de este cambio en España no se ciñe a la última década. En 1962 casi uno de cada diez residentes en España tenía menos de cinco años. Esta proporción comenzó a descender en las décadas de 1960 y 1970 y su caída se aceleró significativamente durante los años 80 y los 90. A principios de siglo, la presencia de niños pequeños repuntó y marcó un máximo del 5,4% en 2009. Sin embargo, con la crisis financiera la tendencia positiva se rompió y las tasas de fecundidad volvieron a caer, de modo que desde 2012 el porcentaje de niños pequeños en la población española no ha dejado de descender.

Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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