Según el Banco de España

Agricultura, construcción e inmobiliario sufren la mayor caída de inversión tras la Covid

La debilidad de la inversión empresarial obedece, también, a los problemas en las cadenas de suministros, la crisis energética, el alza de los costes de producción, la elevada incertidumbre y la subida de los tipos de interés
Fachada Banco de España
Fachada Banco de España
EUROPA PRESS
Fachada Banco de España

La inversión es una de las variables macroeconómicas que siguen sin recuperar el pulso previo al estallido de la pandemia de coronavirus y, de hecho, servicios de estudios y organismos a nivel nacional e internacional vienen advirtiendo de que si su debilidad se mantiene puede lastrar las perspectivas de crecimiento para la economía española a medio plazo. Este miércoles el Banco de España (BdE) ha puesto el foco en este asunto y sitúa la agricultura, la construcción y las actividades inmobiliarias como las que registran una mayor brecha inversora en relación a los niveles que registraban antes de la Covid.

En un artículo de su próximo boletín económico la entidad explica que a la fragilidad de la inversión empresarial han contribuido, al margen de la crisis sanitaria, la aparición de determinados cuellos de botella en las cadenas de suministro mundiales, la crisis energética y el repunte de los costes de producción, así como la elevada incertidumbre sobre las condiciones económicas y el aumento de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) ha venido aplicando desde julio de 2022 para controlar la inflación.

En 2020, la tasa media de inversión de las empresas españolas (esto es, la ratio entre la inversión en activos fijos materiales e inmobiliarios y el stock de este tipo de capital al inicio de cada período) cayó con intensidad en las ramas de actividad cuyas ventas se vieron más afectadas por la crisis sanitaria porque implican un mayor contacto social, como la hostelería, el transporte o los servicios de ocio.

Sin embargo, las diferencias entre sectores en las brechas de las tasas de inversión respecto a las previas a la crisis sanitaria tendieron a diluirse a partir de 2021, y ya en 2022 los sectores más afectados por la pandemia dejaron de presentar las mayores brechas con respecto a los niveles registrados en 2019. Según el BdE, las tasas medias de inversión se mantenían por debajo de los niveles prepandemia en prácticamente todas las ramas de actividad, destacando "las brechas observadas en las ramas de agricultura, construcción y actividades inmobiliarias", explica el organismo.

Entre 2020 y 2022 el vínculo entre la situación económica y la decisión de invertir fue más intenso de lo que lo había venido siendo entre 2014 y 2019. Sin embargo, esto no supone una novedad, puesto que sucedió lo mismo durante la crisis financiera. En particular, el crecimiento de las ventas y el flujo de caja incidieron de forma más intensa sobre la decisión de invertir en el período analizado que en los años anteriores. 

Más sensibles al contexto macro por la incertidumbre

La entidad interpreta que que las decisiones de inversión de las empresas "se tornaron más sensibles al desempeño económico, en un contexto de elevada incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento". A la vez, en las empresas con una posición financiera menos saneada -por estar más endeudadas o tener que afrontar una mayor carga financiera- la probabilidad de invertir es comparativamente menor. Esto se debe a que la mayor carga de la deuda impacta en el acceso a nueva financiación y en los beneficios generados.

El organismo capitaneado por Pablo Hernández de Cos también observa que el vínculo entre la situación financiera de la empresa y el margen extensivo (que se acentúa en períodos recesivos) no se vio alterado de forma significativa durante la pandemia, al contrario de lo sucedido durante la crisis financiera global. Entonces y en un contexto de fuerte deterioro de la situación patrimonial de las sociedades y de tensionamiento significativo en las condiciones de financiación, esta relación se intensificó.

Por todo ello, la entidad apunta a que las diversas medidas de política económica desplegadas durante la Covid (desde los ERTE y el mecanismo RED a los avales del ICO o las ayudas a los autónomos) habrían desempeñado "un papel importante" a la hora de explicar la menor incidencia sobre las decisiones de inversión de las empresas que tuvieron sus condicionantes financieros, en comparación con lo sucedido a lo largo de la crisis financiera global.

Ingrid Gutiérrez
Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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