La cesta de la compra se ha encarecido notablemente a lo largo de los últimos años en España, lo que ha hecho que muchas familias hayan tenido que buscar alternativas para ajustarla a sus posibilidades económicas. Este aumento encarece mucho la vida cotidiana, y es por ello por lo que cada vez más ciudadanos apuestan por la compra de marcas blancas, cuyos precios son muy inferiores a las tradicionales.
Este tipo de productos, que se venden bajo las marcas del propio supermercado que las comercializa, son elaborados por parte de grandes marcas en muchos de los casos, pero a pesar de ello, por el hecho de contar con un precio más bajo, continúan siendo percibidos por algunos como productos de peor categoría. Sin embargo, en muchos casos son productos de una calidad similar a los de grandes marcas.
Las ventajas de comprar marcas blancas
La principal ventaja de comprar marcas blancas tiene que ver con el ahorro, ya que algunos productos cuestan hasta la mitad de su precio promedio. Con ellas se consigue disfrutar de productos de calidad a un menor precio, algo que es apreciado por los clientes. Asimismo, suponen un ahorro para la cadena distribuidora, puesto que no hay necesidad de hacer una fuerte inversión en publicidad.
Aunque muchos dudan de sus cualidades, las marcas blancas han experimentado un aumento de la calidad en los productos, lo que viene dado por el propio incremento de ella en las marcas competidoras. Este tipo de productos deben superar idénticos controles que las principales marcas comerciales, por lo que cumplen con todo los requisitos legales y de calidad que exigen los entes públicos.
Además, a ello hay que sumar que las marcas blancas tienen una doble garantía, por un lado, la que ofrece de forma directa el supermercado o gran superficie que se encarga de comercializar el producto, y por otro la propia garantía del fabricante, que habitualmente es una gran empresa con experiencia en el sector.
Por si esto fuera poco, algunas marcas blancas han conseguido afianzarse en el mercado, logrando ganarse la confianza de los consumidores por adaptarse mejor a sus necesidades. Por otro lado, tienen la ventaja de que se pueden encontrar en mayor cantidad en los supermercados, ya que estos abundan, y que, de forma indirecta, permiten hacer crecer la cesta de la compra, pudiendo adquirir más productos por el mismo dinero.
Con los productos de marca blanca todos salen ganando, tanto el consumidor, que puede disfrutar de productos de buena calidad a un precio más asequible que el que ofrecen las primeras marcas, reduciendo el precio medio de su compra y fomentando el ahorro; como para comercio que, aunque los comercializan a precios bajos, vender marca blanca les resulta muy lucrativo, puesto que este tipo de productos suelen dejar mayores márgenes de venta. Son productos más baratos de producir y en ellos no tienen que gastar extras derivados de publicidad o acciones promocionales.
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