Un aspecto muy importante a considerar a la hora de planificar el futuro de las finanzas personales de cara a la jubilación en España, es el de poder realizar aportaciones puntuales a planes de pensiones o bien hacerlo de forma periódica, debiendo tener en cuenta ambas posibilidades por las ventajas que cada una de ellas ofrece.
Comenzando por las aportaciones puntuales, nos encontramos con una gran ventaja en el hecho de poder desgravar la aportación. A través de este tipo de aportación es posible acomodar tus aportaciones según los imprevistos o eventos que vayan teniendo lugar en tus finanzas personales, de manera que, si en un año has tenido muchos ingresos, es posible que te interese hacer una aportación puntual adicional a tu plan de pensiones.
Esta es una opción conveniente especial para aquellas personas que tienen altibajos en sus ingresos, como sucede con quienes desarrollan actividades económicas que no siempre tienen ingresos regulares o por aquellos que tienen un sueldo con una parte de retribución variable muy alta. Para estos casos, el aportar el mismo importe al plan de pensiones anualmente puede tener menos sentido, y es por ello por lo que las aportaciones puntuales son una opción.
La principal ventaja fiscal de los planes de pensiones es la reducción de la base imponible, una rebaja que puede ser aún más beneficiosa cuando se tienen años en los que la base imponible es más elevada y el tipo que se paga por ella, también. Además, tiene la ventaja de que, al conocer el total de la renta en la declaración, a final de año, según los datos obtenidos, se podrá decidir realizar una aportación puntual al plan de pensiones de mayor o menor cuantía.
¿Cuándo es beneficioso realizar aportaciones periódicas?
Por otro lado, realizar aportaciones periódicas a los planes de pensiones tienen la principal ventaja de que permite contribuir a la generación de los hábitos de ahorro, y se puede hacer en pequeñas cantidades. Para efectuar este tipo de aportaciones es necesario realizar un trabajo preliminar para que ahorrar resulte más fácil.
Para poder llegar cada mes a hacer la aportación periódica necesaria conviene generar suficientes ingresos para que no afecte a tu presupuesto. Para ello hay que tener muy en cuenta los gastos y los hábitos de vida, ya que, si se realizan muchas actividades a diario, es posible que no se dispongan de grandes recursos para poder realizar estas aportaciones. En cualquier caso, con un presupuesto en el que se destine un determinado porcentaje de los beneficios a este tipo de acciones, podrán tenerse bajo control las aportaciones periódicas.
En cualquier a de los casos, una vez visto que tanto las aportaciones puntuales como las periódicas tienen sus propias ventajas, conviene recalcar que existe la posibilidad de combinar ambas, una opción interesante para poder hacer crecer la pensión que se percibirá en el futuro.
Esto se debe a que, con las aportaciones periódicas se consigue dar una mayor previsibilidad a tu presupuesto, contribuyendo a una mayor disciplina de ahorro, mientras que se puede complementar con una o varias aportaciones puntuales con las que pagar lo menos posible de IRPF a medida que avanza el año y se pueda tener una mayor información acerca de la factura fiscal.
Finalmente, conviene recordar algunas de las principales ventajas de los planes de pensiones, entre las que se encuentran la rentabilidad que ofrecen (que depende del perfil inversor de cada uno), la disponibilidad de ese dinero para la jubilación, y las ventajas fiscales asociadas.
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