Aunque no existe ningún criterio que establezca el momento exacto en el que un profesional por cuenta propia debe pasar a convertirse en una persona jurídica y crear una sociedad limitada (SL) en España, sí que existen una serie de indicios o señales que pueden llevar a pensar que es el momento de hacerlo.
Entre ellas se encuentran el hecho de contar con un determinado volumen de ingresos anuales, el tener la necesidad de proteger al máximo su patrimonio personal, o bien el querer formalizar una relación laboral con otros socios mediante una empresa.
La sociedad limitada es la forma jurídica más popular en el país, principalmente porque la responsabilidad de los socios se limita al capital social aportado al comienzo de la constitución de la sociedad, por lo que se mantiene protegido el patrimonio familiar y personal. Constituir una sociedad limitada es un proceso sencillo y rápido que apenas llevará unas horas, si bien hay una serie de trámites que hay que seguir para realizar el proceso de una forma exitosa.
Razones para pasar de autónomo a sociedad limitada
Existen distintos motivos por los que un autónomo puede verse en la necesidad de constituir una sociedad limitada, entre ellos la necesidad de reducir la carga fiscal. Una SL tributa por el impuesto sobre sociedades, mientras que un profesional por cuenta propia lo hace mediante el IRPF, que es de carácter progresivo. Según los expertos, a partir de los 40.000 euros anuales de ingresos, conviene constituir una sociedad limitada para pagar menos impuestos.
También puede ser necesario para proteger el patrimonio personal del profesional por cuenta propia. En este sentido, la responsabilidad civil es un concepto clave a tener en cuenta para los autónomos, por lo que, si solo quieren responder con el capital aportado a su negocio ante cualquier incidencia económica grave, lo más recomendable será contar con una sociedad limitada. De igual modo, puede ser recomendable para disfrutar de un mayor margen de financiación, dado que, al actuar mediante una SL con buena salud económica, se facilita el acceso a la financiación bancaria.
Otra razón para pasar de autónomo a sociedad limitada es simplemente por razones de imagen. En algunas ocasiones, los profesionales por cuenta propia quieren optar a proyectos de gran envergadura con grandes empresas y para ello deben hacerlo mediante una sociedad. Este tipo de empresas requieren para trabajar de socios que le aporten solvencia a nivel financiero o una garantía en el suministro de materiales.
Por último, otro motivo para dar el paso a constituir una SL tiene que ver con la necesidad de formalizar una relación con otros socios. Es posible que, a lo largo de sus años como profesional, el autónomo termine colaborando con mayor frecuencia con otros profesionales, por lo que si esa relación se mantiene a lo largo del tiempo, es posible que quieran formalizarla, para así distribuir las responsabilidades y obligaciones entre cada uno de los socios.
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