"No habrá otra opción que cortar el gas si hay sanción". Con estas palabras, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ponía en alerta roja a Bruselas ante un posible colapso en el suministro. La situación ha 'obligado' a actuar a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que ha planteado este miércoles la posibilidad de que un grupo de Estados miembros se coordinen para poner en marcha compras conjuntas de gas. Todo ello, ante situaciones de "perturbación grave del suministro". Es una de las medidas que España lleva haciendo a la UE desde el mes de octubre, a través tanto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Esta propuesta se enmarca en el último paquete energético del Ejecutivo europeo, que tiene en el punto de mira abordar la descarbonización del mercado del gas y contribuir a la transición verde europea. Sin embargo, y pese a esta propuesta, el Ejecutivo europeo ha insistido en la idea de que el mecanismo sea voluntario y se ponga en marcha solamente en "casos de emergencia". Además, los Estados miembros interesados tendrían que notificar a Bruselas la operación, quien la autorizaría tras verificar que respeta las reglas de competencia y mercado interior.
Of course, we would want good relations with Russia. But this depends on Russia´s behaviour.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) December 15, 2021
I call on Russia to de-escalate, pursue diplomatic channels and abide by international commitments.
The place to solve conflicts is the negotiation table. pic.twitter.com/PGyc52NMWZ
Dentro de su paquete energético, la Comisión abre la puerta a crear también reservas de gas conjuntas, aunque pide a los miembros interesados que entreguen análisis sobre sus niveles de almacenamiento y posibles riesgos aparejados al suministro. Es decir, tendrán que estudiar posibles contramedidas para corregir esos riesgos, entre los que se encuentran obligaciones de almacenamiento mínimo, licitaciones y subastas.
Durante la presentación de las medidas, la comisaria de Energía, Kadri Simson, ha defendido, según recoge Europa Press, ha defendido que el sistema propuesto es "directo" y permitirá a los países establecer los parámetros de la compra, como es la cantidad y uso de la energía que adquieran de forma conjunta. "Es un verdadero enfoque europeo de abajo arriba, en el que los países se organizan voluntariamente según sus necesidades y la Comisión garantiza transparencia y respeto a las reglas", ha expuesto la comisaria estonia.
Sin embargo, Simson ha descartado "un riesgo inmediato de suministro" en Europa, pese a que ha concedido que los análisis del mercado prevén que las reservas energéticas europeas sigan en niveles bajos. "Ahora mismo el nivel de reservas están impactados por el aumento de demanda y el menor suministro global. Ahora están en el 62% de capacidad y esto es el 12% menos de lo habitual", ha incidido.
"Ahora mismo el nivel de reservas están impactados por el aumento de demanda y el menor suministro global"
La propuesta de Von der Leyen llega el mismo día en el que en España el precio mayorista del mercado eléctrico rompe la barrera de los 300 euros y la luz anotará una cifra histórica este jueves: 302,48 euros el megavatio hora. También se produce cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) rebajaba en apenas una décima el Índice de Precios al Consumo del mes de noviembre, hasta el 5,5%. Una escalada de precios -también de récord- que en parte se debe a las continuas subidas dentro del mercado energético. La ministra Ribera ya adelantaba hace unas semanas que se hicieran planteamientos de este tipo: "Es un factor importante en esta década. Creemos que es una medida importante e interesante. El objetivo es consolidar almacenamientos de gas en todo el continente, sobre todo para los consumidores".
Propuesta para reducir el metano
Por otra parte, la Comisión ha presentado su primera propuesta para reducir las emisiones de metano y ha planteado limitar a casos excepcionales la quema y venteo de gas. La iniciativa presentada por la Comisión, solamente permitirá esta práctica, que libera metano a la atmósfera, bajo "circunstancias estrictamente definidas". Además, los gobiernos del bloque tendrán que diseñar planes de mitigación de metano en los que también esté recogida la medición de emisiones en minas abandonadas y pozos inactivos.
La propuesta, que todavía deben aprobar los Estados y los Estados miembros, es la primera legislación europea sobre metano y nace a la lumbre de la cumbre climática COP26 de Glasgow (Reino Unido) del pasado noviembre, donde un centenar de países se comprometieron a reducir esta década un 30% las emisiones de ese gas de efecto invernadero. Otra novedad que introduce la normativa comunitaria es que exigirá a las compañías activas en los sectores de gas y carbón a cuantificar, informar y verificar todas las emisiones de metano, al tiempo que propone "normas estrictas" para detectar y reparar posibles fugas de este gas.
Por último, con respecto a las importaciones de energía, la Comisión exigirá a las empresas europeas que compren combustibles fósiles en el exterior información sobre cómo sus proveedores miden, verifican y mitigan las emisiones de metano. Esto estará acompañado por dos "herramientas" de transparencia para contrastar los esfuerzos de países y empresas a escala global para recortar las emisiones de metano: una base de datos por importadores y otros operadores disponible para el público y un instrumento de supervisión de los puntos de emisión tanto dentro como fuera del bloque.
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