Conocer el patrimonio neto es imprescindible para poder saber cuál es tu estado económico en la actualidad y así poder planificar de una manera más precisa el futuro financiero. Aunque sobre el papel pueda parecer una tarea complicada, la realidad es que conocer este dato es relativamente sencillo.
Para empezar, hay que saber a qué nos referimos con patrimonio neto, que es la diferencia existente entre los activos y los pasivos. Dentro de los primeros se encuentran todos aquellos bienes que se poseen, como coches, la casa, las cuentas bancarias, las inversiones…, mientras que los pasivos son todas aquellas deudas, tales como préstamos hipotecarios, deudas de tarjetas de crédito, etcétera. Por tanto, conocer el patrimonio neto permite saber cuál es tu salud financiera en un determinado momento.
Antes de hablar en mayor profundidad de la forma en la que se debe calcular y los aspectos a considerar al respecto, conviene destacar que existen dos razones principales por las cuales puede ser necesario calcularlo, siendo el más evidente el poder tener una mayor perspectiva de tu situación financiera, ya que tienes en cuenta todos los bienes que posees y no solo tus ingresos mensuales, pero al mismo tiempo puedes ser consciente de tus deudas y de la relación que existe entre tus activos y pasivos.
Por otro lado, saber toda esta información hará que resulte mucho más sencillo poder establecer y cumplir tus objetivos financieros, así como cualquier otro proyecto o meta en los que sea necesario disponer de un equilibrio en las cuentas. Así pues, conocer el patrimonio neto es muy recomendable como herramienta de planificación.
De hecho, a la hora de solicitar un préstamo bancario, la entidad pregunta acerca de los activos e ingresos, de forma que pueda conocer cuáles son las posibilidades de que el cliente pueda afrontar el pago de la deuda, es decir, la solvencia económica que este pueda disponer para no incurrir en cualquier tipo de deuda.
Pasos para calcular el patrimonio neto
Para realizar el cálculo del patrimonio neto desde el punto de vista estrictamente financiero, hay que tener en cuenta que este se compone, como ya hemos mencionado, de todos los activos menos los pasivos, por lo que para calcularlo habría que comenzar por sumar el valor de todas las propiedades, inversiones y posiciones financieras que se posean, para luego restar todas las deudas (créditos, hipotecas, impuestos pendientes de pago…). De esta forma, se podría conocer rápidamente el patrimonio neto.
Aunque puede parecer una operación sencilla, se puede llegar a complicar si se tiene en cuenta qué puede afectar a cada uno de los puntos, puesto que, si se habla de los activos, hay aspectos a considerar, como el hecho de que el valor de algunas inversiones cambia cada día, como sucede con los fondos de inversión, las acciones, los planes de pensiones…, y que hay activos que no son sencillos de valorar en un momento dado, como las propiedades inmobiliarias (locales, viviendas, garajes…). Además, es posible tener participaciones o acceso futuro a posiciones de algún familiar, como padres, hermanos…
Por otro lado, en lo relativo a las deudas, también puede haber algunas dificultades para realizar el cálculo, al no poder conocer el valor exacto en algunos casos, sobre todo cuando estas se van reduciendo como consecuencia de aportaciones parciales para tratar de amortizarlas lo antes posible. Por este motivo, es imprescindible su monitorización para poder conocer en todo momento el impacto que estas tienen en el patrimonio neto.
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