Los planes de pensiones de empresa son instrumentos de ahorro promovidos por parte de las propias empresas, instituciones y organizaciones para sus trabajadores. La finalidad es que los empleados puedan conseguir de manera cómoda y rentable unos ahorros con los que complementar la pensión por jubilación que recibirán por parte del Estado una vez llegue el retiro de la vida laboral.
La incertidumbre económica de los últimos años, sumada a las reformas relacionadas con los planes de pensiones, ha hecho que tanto empresas públicas como privadas hayan comenzado a fomentar entre sus trabajadores este tipo de aportaciones. Aunque la encargada de aportar las aportaciones a estos planes son las compañías, también existe la posibilidad de que sean los empleados los que realicen sus ingresos de forma voluntaria.
A la hora de elegir un plan de pensiones de empresa, existen tres modalidades diferentes. Una de ellas es la aportación definida, mediante la cual tanto el trabajador como la empresa aportan una cantidad anual determinada por ambos de forma previa, lo que no garantiza la cantidad de las prestaciones que se harán a futuro en este plan. Por otro lado, está la prestación definida, en la que la cantidad que cobrará el beneficiario del plan de pensiones de empresas se acuerda con anterioridad, pudiendo ser una cifra absoluta o tener relación con aspectos como la antigüedad en la empresa o el salario. También puede ser mixto, cuando se definen tanto las prestaciones como las aportaciones.
Al igual que sucede con otros planes de pensiones, son planes adscritos a un fondo de pensiones, a partir del cual se canalizan las diferentes inversiones a realizar. Una entidad gestora se encarga de su gestión, bajo la supervisión de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, dependiente del Ministerio de Economía.
Ventajas de los planes de pensiones de empresa
Los planes de pensiones de empresa tienen beneficios tanto para la propia compañía como para los empleados. Los primeros se benefician al mejorar el clima laboral y las condiciones de trabajo, además de conseguir una mayor competitividad en el mercado y conseguir fidelizar al empleado, ya que ofrecen una ventaja competitiva y diferenciadora frente a otras empresas de la competencia que no ofrecen este beneficio. Además, el importe aportado por la empresa se puede deducir del Impuesto de Sociedades.
Por su parte, el trabajador puede disfrutar de ventajas fiscales muy favorables, además de poder planificar con mayor acierto su futuro una vez que finalice su vida laboral y le permite obtener una mayor rentabilidad que en los planes individuales. Además, según el perfil del trabajador, se puede optar por un plan más o menos arriesgado.
A estas hay que sumar el bienestar económico y seguridad que aportan a futuro este tipo de planes, fortaleciendo los lazos con la empresa, y que se recibirá el asesoramiento pertinente por parte de la empresa para poder aprovecharse del plan de pensiones de empresa una vez alcanzada la jubilación.
Comentarios