La mayoría de consejos de inversión se centran en cómo acumular y rentabilizar tu capital, pero pocos abordan cómo recuperar ese dinero al jubilarte, un elemento clave si piensas dejar de trabajar y vivir de tu patrimonio.
Y es que, para calcular cuánto necesitarás para la jubilación o el dinero que te hace falta para vivir de las rentas, debes tener claro cómo vas a rescatar ese capital con un objetivo claro: sobrevivir a tu dinero. En otras palabras, que no se agote nunca.
Una fórmula rápida y sencilla de hacerlo es utilizar la regla del 4%.
En qué consiste la regla del 4%
De forma muy resumida, la regla del 4% establece el porcentaje que puedes retirar cada año de tus inversiones sin que el dinero se agote nunca. Es lo que los ingleses denominan 'safe withdrawal rate' o tasa segura de retiro.
El nombre y el porcentaje del 4% fueron el resultado del estudio inicial en el que se basan sus cálculos, que fue realizado por el economista William Bengen en 1994 y que después actualizaron tres profesores de la Trinity University en Estados Unidos en 1998. Por eso, también se conoce como regla Bengen o Estudio Trinity.
Cómo funciona la regla del 4%
Los estudios originales analizaron diferentes carteras de inversión y tasas de retiro, para determinar que ese 4% es la óptima independientemente de cómo se invierta el dinero.
Es decir, funcionaba tanto para una persona que invierte el 100% del dinero en renta variable como para una que destina todo su dinero a renta fija. Así, se cubre el espectro completo de inversores, desde el más agresivo hasta el más conservador.
Esta sería su presentación gráfica con datos entre 1827 y 2015:
Este gráfico muestra el porcentaje del capital que quedaría de tus ahorros según el tipo de cartera de inversión (100% acciones – 0% acciones), los años que vayas a estar jubilado (desde 30 hasta 60 años) y el porcentaje de tu inversión que retires cada año.
Como puedes ver, las carteras con más renta variable tienen mejores tasas de supervivencia, aunque también más riesgos. La razón de ese éxito es que, de media, la rentabilidad del mercado supera al porcentaje que vas a recuperar cada año.
Para que lo entiendas mejor, si consigues un rendimiento del 8% y solo recuperas un 4% del capital, tus ahorros no disminuyen, sino que crecen.
El riesgo en este caso viene dado por las fluctuaciones del mercado. En otras palabras, las caídas en bolsa, que pueden dilapidar rápidamente buena parte tu ahorro, sobre todo porque vas a seguir recuperando cada año un 4% del capital.
Cómo usar la regla del 4%
Si quieres utilizar la regla del 4% para saber cuánto dinero necesitas para jubilarte solo tienes que multiplicar por 25 tus gastos fijos futuros y obtendrás la respuesta, explica Javi Linares, asesor financiero certificado EIP y divulgador financiero.
Por ejemplo, si estimas que tus gastos serán de 20.000 euros al año, necesitarás sumar 500.000 euros para después aplicar la regla del 4% y que ese dinero no se acabe nunca.
El experto recuerda que esta regla no tiene en cuenta el dinero de la pensión pública, que sería un ingreso fijo que sumar al capital que necesitas y que conviene restar de la ecuación.
¿Sigue siendo válida la regla del 4%? Mejor piensa en un 3%
La regla del 4% también tiene sus fisuras y no es perfecta, analiza Javi Linares.
La primera es que no contempla el pago de impuestos, que en España se llevarán ente un 19% y un 28% del beneficio que hayas obtenido.
La segunda es que sigue habiendo un porcentaje pequeño de casos en los que tu capital puede terminarse a los 30 años. Es lo que sucedería si te jubilas y hay una gran caída del mercado o si, eres muy conservador, y te enfrentas a periodos largos con tipos de interés bajos o cercanos al 0%.
Y la tercera es que, “por mucho que confíes en esta estrategia, incluso con grandes caídas, si eso pasa cuando te jubiles, el impacto emocional puede ser muy grande”.
Por eso mismo, Linares propone dos medidas.
- Reducir la tasa de retiro al 3%, donde el porcentaje de casos en los que el dinero te durará toda la vida es del 100% en casi todos los escenarios.
- Sumar un colchón de tres años de costes de vida para afrontar las caídas de los mercados. Así, en caso de que el mercado sufra una fuerte caída, podrías usar ese dinero y no tener que recurrir a tus inversiones.
De esta forma, conseguirás el mismo objetivo, pero con mucha más tranquilidad.
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