Al cambiar la situación laboral de empleado a jubilado, surgen una gran cantidad de dudas que hay que resolver. Una de ellas es la relacionada con las retenciones del IRPF de la pensión de jubilación. Este es uno de los asuntos que más inquietud despierta entre los pensionistas por los problemas que puede suscitar con Hacienda en la declaración de la Renta.
Para empezar, hay que tener claro que, a efectos fiscales, esta prestación se considera un rendimiento del trabajo, por lo que, a la hora de hacer y presentar la declaración de la Renta, funciona de una manera similar a la que lo hacen las nóminas que se perciben durante la vida laboral, y por ello, está sujeta a retenciones.
El IRPF se divide en diferentes tramos de renta que determinan la carga fiscal que tendrá que afrontar cada contribuyente, y que varían en función de sus ingresos. Además, también sirven para realizar el cálculo de las retenciones mensuales que se realizan sobre cada trabajador o pensionista, debiendo ser incluidas las mismas en la declaración del IRPF para liquidar el impuesto.
En el caso de las pensiones de jubilación, el importe de la pensión, en su cuantía anual, será la que determine la retención del IRPF a aplicar, de manera que cuanto mayor sea el importe, mayor retención, estableciéndose el porcentaje en función de una tabla de tramos. No obstante, algunas pensiones están exentas de la retención del IRPF, como sucede con las pensiones de gran invalidez, en favor de familiares, de orfandad y de incapacidad permanente absoluta, así como las derivadas de actos de terrorismo.
Retenciones de IRPF para la jubilación
En función del importe de la pensión, el pensionista verá cómo se le retiene un porcentaje u otro por IRPF. Este porcentaje va desde una retención mínima del 1% hasta el 15,59% que se retiene como máximo.
La tabla de retenciones del IRPF para la jubilación actualmente es del 1% para pensiones de hasta 12.000 euros al año; de un 2,61% de retención mínima de entre 12.001 a 18.000 euros anuales; un 8,69% de retención para pensiones de entre 18.001 y 24.000 euros al año; un 11,83% para aquellas pensiones que se encuentren entre los 24.001 y 30.000 euros al año; y un 15,59% de retención mínima para pensiones en las que se perciban más de 30.001 euros al año.
Estas son las retenciones mínimas que se deduce de la pensión de jubilación mensual, si bien hay que tener en cuenta que el porcentaje exacto varía en función de cada caso en particular, tal y como sucede con el impuesto sobre la renta de las personas físicas en los trabajadores, es decir, que depende también de las circunstancias familiares y personales del beneficiario de la pensión de jubilación.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, al igual que los trabajadores pueden solicitar a su empleado que modifique la retención que aplica a su IRPF, los pensionistas pueden hacer lo propio, aunque solo para aumentar la retención o suprimir el incremento tras haberlo solicitado con anterioridad.
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