Vivienda

Diferencias entre un terreno urbano y urbanizable

A la hora de comprar un terreno para la construcción de una vivienda, conviene conocer las diferencias entre un terreno urbano y urbanizable.
Comprar un terreno
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Son muchas las personas que aún, a día de hoy, desconocen las diferencias entre un terreno urbano y urbanizable en España. Conviene conocer en qué consisten cada uno de ellos para saber cuál te interesa adquirir en cada caso según el tipo de construcción que se quieras realizar en él.

Un terreno urbano es aquel que, dentro del suelo urbano, posee las infraestructuras y servicios que se necesitan para construir cualquier tipo de edificio, ya sean viviendas, comercios, oficinas…, incluyendo suministros básicos, red de alcantarillado y calles pavimentadas, entre otros. Los terrenos urbanos se dividen en consolidados (se sitúan en la ciudad, siendo una parte ya edificada o un solar que se encuentre en sus intersecciones) y no consolidados (en zonas que aún no se han terminado de urbanizar o en la que se prevé una renovación urbana para zonas verdes, plazas de aparcamiento…).

Por su parte, un terreno urbanizable es aquel que, siendo posible, aún no se ha urbanizado, pero se espera que en el futuro lo haga. De esta manera, es un terreno que no dispone de la totalidad de las infraestructuras y servicios que se necesitan para su construcción, pero que se prevé que las tenga a corto o medio plazo.

Los terrenos urbanizables se dividen, a su vez, en ordenados (cuentan con una ordenación urbanística que describe exactamente la forma en la que debe ser urbanizado), sectorizados (están divididos en sectores según el plan de actuación municipal para su urbanización, procediéndose a su transformación en el periodo de tiempo indicado por el documento) y no sectorizados (solo cuentan con la calificación de urbanizable, pero no existe un compromiso por parte del ayuntamiento para actuar sobre él).

¿En qué se diferencia un terreno urbano y uno urbanizable?

Una vez conocidos ambos tipos, conviene aclarar cuáles son sus principales diferencias. La más evidente tiene que ver con el hecho de que un suelo urbano cuenta con las infraestructuras esenciales para la construcción, contando con “acceso rodado” y suministros de agua, luz y gas, entre otros, algo de lo que carece el terreno urbanizable, que también va a ser urbanizado, aunque todavía no lo está.

Además, en el terreno urbano se puede construir, si así se quiere, cualquier tipo de propiedad, al estar autorizado, mientras que, en un terreno urbanizable, aunque dispone de un plan urbanístico que lo justifica, se encuentra a expensas de una verificación que lo ponga en marcha.

Otra distinción entre ambos tiene que ver con el hecho de que el terreno urbano se encuentra en los límites de la ciudad o su núcleo, y el urbanizable se ubica generalmente en las afueras o zonas rurales. Por último, un terreno urbano no puede crecer más y el urbanizable sí puede hacerlo.

Por último, hay que hacer mención a los suelos no urbanizables o rústicos, que se encuentran destinados principalmente a usos agrícolas o que tienen alguna protección, con diferentes categorías que varían según su nivel de restricción.

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