España apenas conseguirá rebajar su déficit público al 4% de aquí al cierre del año que viene -en relación al cierre de 2022- si no lleva a cabo un ajuste adicional del gasto. Esta consolidación de ocho décimas en el desequilibrio de las cuentas públicas vendría dada sobre todo del aumento de los ingresos fiscales pese al contexto de desaceleración que afronta la economía nacional. El PIB pasará de crecer al 5,5% en 2021 y 2022 a hacerlo al 2,1% este año y al 2,3% el próximo. Son algunas de las conclusiones del informe de perspectivas elaborado por la consultora Equipo Económico, que coincide en su cálculo de crecimiento con la previsión del Gobierno para este año. Se trata de una estimación más optimista que la de la OCDE (1,7%), el Banco de España (1,6%) o la publicada recientemente por la Comisión Europea (1,4%).
Las firma achaca este frenazo a la merma prevista en el consumo de los hogares y a la menor aportación de la demanda externa ante la ralentización de varios de los mercados europeos, que son nuestros principales socios comerciales, y debido a las recientes turbulencias financieras provocadas por la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) y por los problemas en Europa del Credit Suisse y del Deutsche Bank. Pese al papel positivo que la llegada de los fondos Next Generation (NGEU) tendrá en términos de impulso de la inversión, la economía española seguiría situándose "sólo ligeramente por encima de su nivel de crecimiento potencial", añaden.
En su escenario central contemplan que las presiones inflacionistas se mantengan elevadas tanto este como el próximo ejercicio, con una tasa notablemente más baja que la del año pasado, gracias a que se suavizarán las perturbaciones de la oferta y la crisis energética. En concreto, prevén que la tasa general de IPC se coloque de media en el 4,4% este año, con fuertes descensos durante los meses de primavera y verano gracias al efecto base (o comparativa con unas tasas que el año pasado en esos meses se dispararon hasta tocar un pico del 10,8% en julio).
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) apuntaba recientemente a un escenario de dientes de sierra en las tasas de inflación lo que queda de ejercicio y el propio Gobierno reconocía a este diario que prevén un comportamiento muy volátil de este indicador a lo largo del año, aunque con tasas la mitad de elevadas que hace un año. En 'Equipo Económico' advierten de que el aumento de los precios se ha transmitido al conjunto de la economía, de forma que la subyacente (que excluye de su cómputo la energía y los alimentos frescos) se situará este año en el entorno del 4,9% y se mantendrá por encima del 3% el que viene.
A pesar del menor impulso esperado del comercio exterior en 2023, "estimamos que la economía española mantendrá su capacidad de financiación exterior", gracias especialmente a la contribución del sector turístico. Esto llevará el saldo por cuenta corriente a situarse en el 0,4% del PIB, por debajo del 0,6% registrado en 2022. Así, el difícil panorama económico mundial no impedirá que el sector exterior siga siendo una importante fuente de fortaleza para la economía española, con el país reduciendo su posición deudora internacional, así como su deuda externa bruta.
Menos margen fiscal para afrontar futuras crisis
Advierten además de que Europa, y en particular España, cuentan en la actualidad con un menor margen fiscal para hacer frente a futuras crisis económicas, debido al comportamiento que sus finanzas públicas han registrado a lo largo de los últimos años. En un contexto de mayor protagonismo del sector público, "la falta de disciplina fiscal ha provocado un fuerte aumento de la deuda pública española en las últimas décadas por encima de la media europea", señalan, si bien recuerdan que, a diferencia de lo sucedido al inicio de la pasada crisis financiera, la situación actual es de mayor endeudamiento público y menor endeudamiento privado.
De acuerdo con las últimas cifras publicadas por el Banco de España, la ratio de deuda pública sobre PIB ha ido descendiendo en los últimos meses hasta situarse en el 113,1% a cierre de 2022, más de dos puntos por debajo del objetivo del Gobierno para todo el año que quedó fijado en el plan presupuestario remitido a Bruselas el pasado mes de octubre (115,2%). Es uno de los puntos débiles de una economía que debería aprovechar la oportunidad que los fondos europeos le brindan a medio plazo para fomentar las inversiones, dado que tiene potencial para convertirse en líder mundial en transición energética.
Comentarios