España mantiene el pulso comercial en un contexto en el que la inflación, los tipos de interés aún elevados y las tensiones geopolíticas siguen ejerciendo presión sobre la economía mundial. Las ventas al exterior se redujeron un 2,3% entre enero y mayo en relación al mismo periodo de hace un año hasta los 162.136,7 millones de euros. Su retroceso fue mayor que el de las importaciones, que bajaron un 1,5% interanual, hasta 177.246 millones, elevando la diferencia entre ambas (déficit comercial) por encima de los 15.109 millones. Esta cifra que supera en un 7,4% a la registrada hace un año.
Pese a ello, las exportaciones registran su segunda mejor cifra de la historia para el periodo entre enero y mayo y, de hecho, su descenso es inferior al que registran las mayores economías europeas y la media de la Unión (-3,5). El superávit comercial con la Unión Europea se eleva hasta los 3.381 millones en el mes y se mantiene de forma ininterrumpida desde el mes de enero de 2017, según revelan los datos de comercio declarado de Aduanas, recogidos en el Informe Mensual de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, que se ha publicado este mismo viernes.
El sector exterior había ejercido, de hecho, como uno de los principales motores de la actividad económica junto a la inversión en el primer trimestre del año, permitiendo que el PIB avanzase un 0,8%, por encima de lo previsto. Este dinamismo ha llevado al Gobierno a mejorar sus previsiones económicas para este año y a situar el avance de la actividad en el 2,4% en el conjunto del ejercicio.
En concreto en ámbitos como la alimentación, bebidas y tabaco (9,1%), las manufacturas de consumo (4,4%) y el del automóvil (1,5%) las exportaciones registran el mayor incremento para un mes de mayo desde que se contabilizan los datos. Y esto, al tiempo que se consolida la base de empresas exportadoras. El número de exportadores regulares, aquellos que han exportado más de 1.000 euros en el año de referencia y en cada uno de los tres inmediatamente precedentes, aumentan un 4,9%, hasta registrar un total de 42.335 empresas.
El impacto de la caída de los precios energéticos
En el ámbito de los productos energéticos el déficit cayó un 3,9% hasta 14.012 millones. La disminución de la factura energética con el exterior se explica por la caída del importe desembolsado en la compra de gas (43%) y de carbón y electricidad (44%), debido a que los precios se redujeron en relación al año previo.
El déficit no energético (el saldo pasó a ser negativo en 1.097 millones, cuando un año antes registró un superávit de 511 millones) obedece al aumento del 2,2% de las importaciones de bienes de equipo -los que se emplean para fabricar otros bienes- y del 3,5% bienes de consumo duraderos. Mientras tanto, la alimentación (9.003,3 millones) y el automóvil (4.075,0 millones) registraron saldos positivos. Destacan, además, el fuerte aumento de las exportaciones de aceites y grasas (43%), y de aeronaves (70%).
España siguió destinando más de la mitad de sus exportaciones a países de la Unión Europea, dado que estas representaron el el 62,4% del total. El resto (37,6%) fueron a parar a destinos extracomunitarios. Así, el país logró un superávit de 13.980 millones de euros con la UE de enero a mayo, mientras que el déficit comercial con los países no comunitarios descendió hasta los 29.090,0 millones. Los países con los que España obtuvo mayores superávits en su relación comercial fueron Francia (10.126 millones), Reino Unido (5.888) y Portugal (5.865).
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