La subida del precio del gas hace que cada vez más personas busquen alternativas económicas a las calderas tradicionales para tener calefacción y agua caliente sanitaria. Destacan los sistemas de energías renovables, como aerotermia, geotermia, hidrotermia o biomasa. Este último tipo funciona mediante estufas o calderas de pellets, como combustible principal, aunque hay otros como el hueso de aceituna. Ambas son parecidas, pero no iguales. Cada una tiene sus ventajas y las vemos a continuación.
¿Qué es una estufa de pellets?
Dentro de las estufas de pellets, hay diferentes tipos. Todas funcionan a través de combustión y hay que ir recargándolas manualmente cuando se agotan. A pesar de la variedad, su consumo es similar, y se estima en torno a un kilo de pellets por cada hora. También conllevan un pequeño mantenimiento diario. Principalmente hay seis tipos y cada uno de ellos funciona de forma algo diferente.
- Estufas de aire forzado: genera aire caliente y lo expulsa al exterior a través de un ventilador. Por ello, solo es capaz de calentar una estancia o , como mucho, habitaciones cercanas si es un espacio pequeño. Permite seleccionar la potencia y la llama para alcanzar una temperatura.
- Estufas de aire canalizado: además de expulsar el aire caliente por la parte frontal, también lo pueden derivar a otras estancias y plantas a través de una instalación .
- Hidroestufas: la combustión de los pellets permite calentar el agua, que llega hasta los radiadores o suelo radiante de toda la casa. También sirve para tener agua caliente sanitaria.
- Estufas de pellets sin salida de humo: son las menos habituales, y condensan el humano a través de unos filtros de agua. Se adaptan a cualquier espacio, aunque hay varias normativas en España que limitan su instalación y uso.
- Estufas de pellets con horno: además de calentar una estancia al expulsar aire caliente, también hace la función de electrodoméstico. Permite ajustar la temperatura en su interior y se puede utilizar como horno manteniendo los grados de cocción deseados durante horas.
- Estufas de pellets sin electricidad: recomendadas para zonas rurales, funcionan por convección natural. Los pellets caen por la fuerza de la gravedad y van empujando la ceniza, que va depositándose en un cenicero. Solo se necesita utilizar pastilla y líquido de encendido para prender los pellets. No tienen turbina, ventilador ni extractor, por lo que hay que encenderlo de forma manual, con pastilla y líquido.
Las estufas de pellets más básicas para calentar una sala pueden partir desde los 500 euros aproximadamente, aunque las hay más bastante caras. No es necesario realizar obras especialmente grandes, más allá de las salida de humos, en aquellas que no tienen conductos.
¿Qué es una caldera de pellets?
Las calderas de pellets suelen ser de un tamaño mayor que las estufas y su uso más habitual está destinado a la calefacción por radiadores. De ahí que normalmente se sitúan en garajes, trasteros o sótanos de la viviendas para almacenar grandes cantidades de pellets, como ocurre habitualmente con los tanques de las calderas de gasoil, para hacernos una idea. Algunas calderas de pellets llevan el depósito incorporado, mientras que en otros casos deberás comprarlo a parte. Además, se pueden combinar con energía solar térmica (placas solares).
Están pensadas para calentar casas más grandes, ya que tienen una mayor capacidad de generar calor. Y tienen una mayor capacidad de llenado de pellets para funcionar durante más horas sin la necesidad de recargarlas. Pero no solo generan calefacción, ya que también son las más indicadas para producir agua caliente sanitaria, algo que, como hemos visto también se puede conseguir con las hidroestufas, pero de forma más limitada. En esta caso, es necesario que la caldera esté conectada a un interacumulador. Además, es necesario un kit eléctrico para tener agua caliente sanitaria en verano para no tener la necesidad de encender la caldera.
El precio de una caldera de pellets varía entre 1.000 y 6.000 euros, aunque una para calentar una casa de 100 metros puede rondar los 2.000 euros. Además, hay que tener en cuenta que la instalación, para esos metros, puede rondar los 8.000 euros, incluyendo todos los accesorios y la mano de obra, según datos de Inarqia.
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