Los fondos de inversión siguen ganando atractivo como una apuesta de ahorro. A paso tímido, este vehículo ha logrado hacerse un hueco y ya son cada vez más los españoles que lo ven como el instrumento idóneo para sacar el máximo partido a su dinero. A cierre del pasado mes de marzo un 16% de la riqueza de los hogares estaba en instituciones de inversión colectiva, una cifra récord hasta la fecha y que contribuye a impulsar su demanda.
La mejora con respecto al cierre de 2023 es de un punto porcentual y de casi dos puntos si se toma como referencia el 2019, antes de la irrupción de la pandemia, la crisis de la inflación y la guerra en Ucrania, que provocaron una alta volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros. Con respecto a hace una década se ha incrementado en más de cinco desde el 10,8% que marcaba en 2014. "Los fondos se consolidan como el instrumento preferido de las familias para canalizar el ahorro", explica el director de estudios y estadísticas de Inverco José Luis Manrique.
El experto precisa que ha habido años en los que el ahorro ha sido nulo y estos instrumentos seguían registrando entradas de dinero, lo que les ha permitido mantener su "atractivo" y elevar su ponderación dentro del mapa de los activos financieros. El acceso a diferentes mercados y productos "más sofisticados" adaptados al perfil de riesgo del usuario son una de las razones que explican este crecimiento. También han contribuido la proliferación de 'players' en la industria enfocados en la gestión automatizada de carteras.
Uno de los más perjudicados por este 'boom' es la inversión directa en acciones cotizadas, aunque en su conjunto, el apartado de inversión directa acapara casi el 32%, por debajo del 35,1% que marcó en 2015. No obstante, desde una comparativa de los últimos cuarenta años, su representación ha ido en aumento de manera gradual, en línea con la reconfiguración que ha experimentado la estructura del ahorro financiero, según datos de Inverco, la patronal sectorial.
Si en 1985, más del 57% de todo el dinero de los españoles estaba en depósitos tanto corrientes como a plazo, este porcentaje ha caído en más de 20 puntos, hasta el 35,3%. "Esta proporción denotaba una escasez de cultura financiera", precisa Manrique. El mayor grado de conocimiento sobre esta materia y el desarrollo de los mercados financieros han contribuido a apuntalar estos cambios. Los fondos de pensiones se llevan la peor parte con un peso que apenas ha variado en el periodo comparado, condicionado por el bloqueo en el impulso de los planes de pensiones públicos que se enmarcan dentro del Fondo de Pensiones de Empleo de Promoción Pública (FPEPP).
"Tenemos la esperanza de que acaben remontando. Los fondos de pensiones de empresa son importantes para el sistema de previsión complementaria y la experiencia en otros países demuestra que es un pilar fundamental", agrega Manrique. El último informe sobre las cuentas financieras de la economía española que elabora el Banco de España (BdE) arroja que la riqueza de las familias, medida como la diferencia entre los ahorros y la deuda acumulada, ha vuelto a pulverizar una nueva cota histórica después de superar los 2,1 billones de euros el pasado mes de marzo, dentro de los que los fondos ocupan un papel destacado.
El patrimonio de los fondos roza los 374.000 millones
Los fondos de inversión fueron los que más elevaron su peso dentro de los activos financieros de los hogares. En este sentido, el patrimonio contabilizado por este tipo de vehículos ya roza los 374.000 millones al término del pasado mes de junio, con un aumento patrimonial en el semestre de 26.000 millones, un 7,5% más en los últimos seis meses. Parta de esta cantidad obedece a la mejora de las rentabilidades, pero también al interés inversor con un volumen de suscripciones netas superior a 12.600 millones, alrededor de la mitad del repunte.
La renta fija a corto plazo, los fondos monetarios y la renta fija euro a largo plazo se erigen como los activos por excelencia, acaparando 7.890 millones, 7.705 millones y 2.786 millones, respectivamente. La subida de los tipos de interés y, con ella, la mejora de las rentabilidades de la deuda, así como la subida de las bolsas han animado a los particulares a ver en estos productos una fórmula con la que exprimir el ahorro.
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