Desde hace mucho tiempo, muchos inversores en Españacompran pisos para posteriormente ponerlos en alquiler, pero antes de decidir si se trata de una buena o mala opción, es necesario tener en consideración una serie de aspectos económicos y sociales, así como sus ventajas y desventajas.
En un momento en el que la demanda de alquileres no deja de subir, comprar inmuebles para sacar rentabilidad por su alquiler es una opción muy a tener en cuenta. Aunque realmente es uno de los tipos de inversión más antiguos, hay que tener presente que conlleva una serie de riesgos.
Ventajas y desventajas de invertir en vivienda para alquilar
Antes de decidir si se desea realizar una inversión en vivienda para alquiler, conviene tener en cuenta sus pros y sus contras. Comenzando por sus ventajas, nos encontramos con que el alquiler es una opción preferente para los ciudadanos españoles, principalmente por sus sueldos, además de que la carga de una hipoteca no es algo a lo que puedan acceder muchos de ellos.
Por otro lado, se trata de una inversión que, mediante el alquiler, genera dinero de forma regular, y que, además, por norma general, se consigue alquilar un inmueble con mucha más rapidez que venderlo. En aquellas zonas de alta demanda, un anuncio de alquiler puede atraer, en apenas días o incluso horas, a personas interesadas en su arrendamiento.
No obstante, también lleva asociados una serie de desventajas, y es que son muchos los factores que pueden influir en la rapidez con la que se alquila, pudiendo llegar a tardar mucho más en alquilarse de lo esperado. De igual modo, aunque se alquile rápidamente, lleva tiempo recuperar lo invertido y comenzar a generar beneficios.
También es posible encontrarse con otras dificultades adicionales, como el riesgo de que los inquilinos se vayan antes de lo previsto o que incluso se produzcan impagos. Si se opta por publicitar la vivienda en una plataforma digital para alquiler turístico, habrá que tener presentes otros gastos como la limpieza, el mantenimiento o el equipamiento tecnológico, además del gasto en marketing y publicidad.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es importante que, antes de comprar una vivienda para alquiler se calcule la rentabilidad de un alquiler, para lo cual hay que tener presentes todos los gastos, que van desde la inversión inicial, que incluye tanto el precio de la vivienda como los gastos derivados de la operación de compraventa, como los impuestos, la notaría o las reformas, si es necesario, hasta los gastos fijos de suministros o tributos, y el mantenimiento del inmueble, debiendo afrontar los gastos de reparaciones, roturas de electrodomésticos o derramas de la comunidad de propietarios.
Para calcular la rentabilidad habrá que sumar las rentas mensuales para conseguir la renta anual que percibiría el propietario, un total al que habría que restar los gastos fijos y de mantenimiento. Su resultado se debe dividir entre el precio de la vivienda y multiplicar el resultado por 100.
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