Crisis de las jubilaciones

Las cuentas de la abuela: "Voy a centros sociales que me dan leche y yogures"

k
Las cuentas de la abuela: "Voy a centros sociales que me dan leche y yogures".
La Información
k

Jorge tiene 65 años, pero intenta agarrarse a la juventud con dos 'piercings' en su oreja izquierda. Le cuesta caminar, y su vivienda, un segundo piso en un bloque sin ascensor, no favorece que salga a la calle en esta apacible tarde de martes en el barrio madrileño de Pacífico. Sin embargo, estos contratiempos no le impiden ejercer de buen anfitrión para La Información en su casa, donde enseguida nos recibe 'Ghandi', un gato gris con mirada penetrante. La incredulidad inicial de Jorge se rebaja conforme avanza la conversación: "Cobro 400 euros pero recibo ayudas de otros sitios. Voy a centros sociales que me dan leche y yogures".

Este antiguo trabajador de una compañía de seguros es pensionista desde hace 30 años, cuando se vio obligado a dejar su empleo por una infección en el hígado que derivó en una neumonía: "Obviamente, con lo que recibo del Estado no me queda nada a final de mes".  Jorge reconoce que vive en un piso propiedad de su hermana, que es la que se hace cargo de las facturas de la luz, agua y gas: "Gasto 350 euros al mes en comida, y el resto para mis cosas". El pensionista revela que ayuda a una vecina con la compra y a pasear a los perros, y que recibe una propina de 5 euros que suma al poco dinero que le proporcionan las arcas públicas.

El pasado lunes el Gobierno alcanzaba un acuerdo con la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) sobre el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que sustituye al Factor de Sostenibilidad de la reforma del sistema de pensiones de 2013. Este pacto se produjo sin el apoyo de la patronal, que se levantó de la mesa.

 El MEI estará formado dos componentes: el primero consistirá en la reactivación del Fondo de Reserva de la Seguridad Social mediante una aportación finalista entre 2023 y 2032, como ha anunciado el Ministerio. Dicha aportación será de 0,6 puntos porcentuales de la cotización por contingencias comunes. Esta subida, aprobada con el rechazo de la patronal CEOE, se repartirá entre 0,5 puntos adicionales a pagar por la empresa, frente a un 0,1 del trabajador.

 El acuerdo al que se ha llegado este lunes también contempla que si a partir de 2033 se aprecia en los Informes de Envejecimiento (Ageing Report) de la Comisión Europea una desviación de la previsión de gasto en pensiones a 2050 respecto al informe de 2024 (que se usará como referencia), se utilizará este Fondo, con un límite de disposición anual del 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB).

A Jorge le preocupa esta situación. Tiene miedo de que su pensión sufra algún cambio, "estando los precios como están". También acude semanalmente a un centro de mayores en Congosto (Vallecas), donde hace de voluntario: "Menos mal que como tengo 65 años el abono de transporte me sale mucho más barato". En el centro, los ancianos son agradecidos y le proporcionan comida a este pensionista para ayudarle a llegar a fin de mes.

Ana también tiene una pensión por debajo de la media, de solo 730 euros. Viuda desde hace dos años, se define como una persona con suerte porque su pensión solo se ha reducido 100 euros después de la muerte de su marido: "A otra gente le han llegado a quitar hasta 300 euros". Llega a su casa y se quita la mascarilla para atender a La Información: "De los 730 euros que recibo, 300 se me van en electricidad, luz y gas, otros 300, en comida y el resto, en regalos para mis hijos o nietos". Dice que se sostiene gracias al beneficio que saca de unos terrenos de su propiedad, en los que también tiene que hacer frente a los gastos de producción: "Y menos mal que ya tengo pagado el piso, porque si todavía tuviera hipoteca, no se cómo llegaría a fin de mes". 

d
Las cuentas de la abuela: "Voy a centros sociales que me dan leche y yogures".
La Información

Esta jubilada, de espíritu cristiano, asegura incluso que no le importaría reducirse su pensión si fuera en pro de ayudar a gente que verdaderamente lo necesite. Sin embargo, Ana lamenta que los cargos públicos no den la talla y considera un mal ejemplo "el exceso" de instituciones políticas. "A mí, más que las pensiones, me preocupa que haya tanta gente en La Moncloa. ¡Que se vayan a sus trabajos, pero sin paga vitalicia!", reivindica. ¿Cuándo ha habido tantos partidos? Quién quiera votar a la derecha que la vote, y a la izquierda, igual", añade incomprendida. Ana tilda de insuficientes las retribuciones que perciben los pensionistas: "Es una vergüenza eso de darnos las sobras después de estar trabajando toda la vida; es como si nos dieran una limosna después de hincharnos a trabajar".

La incertidumbre y la preocupación reinan en la mente de los pensionistas españoles, que reciben de media 1.030 euros al mes. En nuestro país hay 9,8 millones de pensionistas, y hasta el 60% no llega al salario mínimo interprofesional. Personas como Jorge y Ana miran hacia un horizonte impreciso y espeso: creen que el Parlamento no muestra unidad para solucionar la crisis, que los agentes sociales no se ponen de acuerdo, que la hucha de pensiones se consume poco a poco... y que si nada lo remedia, va camino de hacerse añicos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento