Impacto positivo para las arcas

Las placas solares inyectan ingresos a los pueblos con la recaudación de impuestos

Montaje de placas solares y dinero.
Las placas solares como ingresos para los pueblos con la recaudación de impuestos.
Nerea de Bilbao (Infografía)
Montaje de placas solares y dinero.

La instalación de una planta fotovoltaica es una actividad generadora de ingresos para las entidades locales por las distintas figuras fiscales. En conjunto, un ayuntamiento percibe un ingreso puntual del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y un 'extra' anual a través del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) y del Impuesto sobre Bienes Inmuebles de Características Especiales (IBICES).

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que representa a más de 800 empresas -aproximadamente el 90% de la actividad del sector en España-, calcula que un municipio puede recibir hasta unos 76.000 euros por megavatio (MW) fotovoltaico instalado durante toda la vida útil de la planta, que se sitúa en alrededor de 25 años. La asociación pone como ejemplo una instalación de 1 MW a fin de que pueda emplearse como un valor unitario para calcular el impacto de plantas más grandes -lo normal es que ronden los 50 MW-.

En este sentido, una planta fotovoltaica de 1 MW tiene un valor de inversión aproximado de 0,5 euros/MW, es decir, 500.000 euros. Aplicando un tipo medio de 3,5%, se tendría por ICIO un ingreso puntual de 17.500 euros en el año de construcción. Además, la instalación pagaría 1.313 euros por ejercicio en concepto de IAE, mientras que por el IBICES abonaría 2.543 euros el primer año ejercicio, reduciéndose cada año hasta el décimo, en el que alcanzaría 2.297 euros, manteniéndose hasta el final de su ciclo. Para este último hay que tener en cuenta el valor catastral.

Por otro lado, hay que tener en cuenta el terreno sobre el que se ubica la instalación fotovoltaica, que generalmente se usa en régimen de alquiler con un particular. El valor de este alquiler puede estimarse desde 1.000 euros al año hasta 2.000, en función del caso, la época en la que se firmó el contrato, la zona, etc. Puede asumirse así un valor medio de 1.500 euros. Siguiendo con el ejemplo de una planta de 1 MW de potencia que ocupa dos hectáreas y con dicho valor medio, el dueño del terreno percibirá 3.000 euros en ingresos, que se podrán ver reinvertidos en la economía local.

Asimismo, desde UNEF destacan que una instalación solar es una fuente de generación de empleo local, especialmente en la fase de construcción. Según esta, se pueden considerar unos coeficientes de empleo aproximados de entre tres y cinco empleos directos por cada MW en la fase de construcción (que dura varios meses) y 0,05-0,1 empleos por MW en operación en tiempo parcial (durante la vida útil de la planta, 25 años). Estos empleos directos tienen además un efecto de arrastre en empleos indirectos en las demás actividades del municipio.

Energía solar, agricultura y ganadería son el maridaje perfecto

"Para aumentar el empleo local, lo recomendable es que el promotor de la instalación realice una oferta pública en colaboración con el ayuntamiento. Asimismo, el promotor puede ofrecer formación previamente a la construcción de la instalación para que exista personal formado local que poder contratar en el momento de la obra", subrayan en la asociación. 

Todo lo anterior se puede aplicar a instalaciones de agrovoltaica, es decir, plantas solares que se levantan en suelo destinado para la ganadería y la agricultura. En el primer caso, es habitual en España realizar el control de la vegetación usando el terreno bajo las placas como pasto por los ganaderos de la zona. Así, defienden que se fomenta un modelo de ganadería extensiva al mismo tiempo que se genera un ecosistema más diverso en el terreno de la planta. Respecto a la agricultura, desde el sector fotovoltaico, las universidades y los centros de investigación se está avanzando en el desarrollo de la combinación de cultivos con la tecnología fotovoltaica: qué cultivos son compatibles, qué medidas se deben emplear para permitir ambas explotaciones, etc.

Hay que poner también en valor que las plantas se construyen habitualmente en espacios de bajo valor ecológico, en muchos casos en terrenos en desuso donde antes había agricultura intensiva. "La instalación de una planta fotovoltaica no puede plantearse como una pérdida irreparable del suelo. Es un espacio que, además de ser refugio para ciertos animales y permitir la revegetación natural del suelo (así conviven floran y fauna dentro de una planta), puede ser compatible con ganadería y apicultura. Si se usa para pasto, un espacio que previamente con alta probabilidad era agrícola de secano pasa a ser de aprovechamiento para un modelo de ganadería extensiva.

¿Son reciclables los paneles fotovoltaicos?

Los paneles fotovoltaicos son "perfectamente reciclables", resaltan en UNEF. Un módulo fotovoltaico de silicio (el 95% del mercado) está compuesto de vidrio (78%), aluminio (10%), plásticos (7%) y metales y semiconductores (5%), y con tan solo recuperar el marco de aluminio y el vidrio de la parte delantera se recicla más del 80% de su peso. Los métodos más comunes se basan en procesos mecánicos que no son complejos técnicamente. En la planta de reciclado de paneles fotovoltaicos de Veolia en Rousset (Francia), operativa desde 2018, primero se elimina la caja de conexiones, cables y marco de aluminio. Posteriormente se tritura el resto del laminado y se separan las piezas resultantes por tamaño.

En todo caso, el reciclaje de paneles fotovoltaicos es una obligación en España desde la aprobación del Real Decreto 110/2015, que transpuso la Directiva 2012/19 de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE). La Directiva RAEE está basada en el concepto de Responsabilidad Ampliada del Productor. El 'productor' es la persona física o jurídica que, con independencia de la forma de venta, fabrique y venda aparatos eléctricos y electrónicos, ponga en el mercado con marcas propias los productos fabricados por terceros y el que realice adquisiciones comunitarias o importe de terceros países.

Es decir, en el sector fotovoltaico este 'productor' puede ser tanto el propio fabricante del panel (o de los demás componentes de la planta), como su distribuidor, el EPC o la empresa instaladora si en el contrato de compra de los equipos se ha incluido la cesión de la responsabilidad. Así, cuando llega el final de vida útil o deja de funcionar, el panel (con el resto de los equipos de la planta fotovoltaica) se retira y se traslada a una instalación de procesado de residuos eléctricos y electrónicos, donde se recuperan sus materiales. Los paneles en ningún caso terminan en vertederos sino en instalaciones de reciclaje de residuos.

Antonio Martos Villar
Redactor de Energía

Graduado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos, di mis primeros pasos en la agencia Europa Press para luego escribir en el periódico económico Cinco Días, donde me tocó hacer un curso intensivo sobre Energía. También he pasado por la redacción de The Objective y aprendí sobre finanzas en HelpMyCash. Ahora, formo parte de La Información.

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