Vietnam y Tailandia suben el precio

Las tensiones en la demanda de arroz amagan con agravar la crisis del hambre

Campo de arroz asia
Las tensiones en la demanda de arroz amagan con agravar la crisis del hambre. 
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Campo de arroz asia

El mercado internacional de los alimentos se ha visto gravemente afectado por las consecuencias de la guerra en Ucrania y la sequía, por lo que el suministro de cereales tan esenciales como el trigo y el maíz no está garantizado. Al menos no lo está en muchos países de África y Oriente Medio, mientras los países con mayor poder adquisitivo han buscado fuentes alternativas para suplir las toneladas que se importaban cada año de Rusia y Ucrania, lo que ha disparado los precios. Parecía que el arroz iba a escapar de este proceso, según las previsiones de la FAO, gracias la exitosa cosecha de la temporada anterior; pero las decisiones estratégicas de los principales exportadores (India, Tailandia y Vietnam) han alterado el mercado después de haber registrado una bajada de diez dólares por tonelada respecto al año anterior.

Vietnam y Tailandia sorprendían este lunes con la firma de un acuerdo para subir los precios del arroz en el mercado internacional, lo que han justificado en la necesidad de mejorar la situación financiera de los agricultores. Estos, según ha explicado el Ministerio de Agricultura tailandés, Alongkorn Phonbutr, deben hacer frente al aumento del coste de producción, de los fertilizantes y del combustible, al tiempo que no se han logrado recuperar del impacto de la pandemia y la guerra. Ambos países asiáticos han acordado que apostarán por la cooperación con las asociaciones de productores de arroz y buscarán que se unan el resto de países productores y exportadores de arroz del continente. Vietnam y Tailandia venden cada año más de seis millones de toneladas de este cereal, solo superados por India, por lo que en suma aportan en torno al 25% de las exportaciones de arroz a nivel internacional.

Precisamente, India también ha anunciado en la última semana que valora reducir las exportaciones de alimento, ya que no cree que el suministro interno esté garantizado. En concreto, este país ha planteado disminuir el comercio exterior en torno al arroz quebrado, el cual supone un 20% de sus exportaciones totales de este cereal. India suministra cada año entre el 30% y el 40% del arroz demandado a nivel internacional, por lo que una alteración en su oferta tendrá un impacto notable en los precios del mercado, al igual que ha ocurrido con el resto de cereales. Los precios del maíz y del trigo se habían elevado un 27% y un 37% respectivamente desde comienzos del año; sin embargo, los del arroz habían experimentado una bajada del 17%. 

La evolución de los precios del arroz, tan diferenciada del resto de sus semejantes, se explica porque había en abundancia, después de que China, India, Bangladés, Indonesia, Vietnam y Tailandia alcanzasen niveles récord de producción el año pasado, de 521 millones de toneladas métricas, según recoge la FAO. Para el 2022, esta organización esperaba que la bajada de la producción como consecuencia del conflicto en Ucrania fuese muy leve, ya que este país no figura entre los principales exportadores de arroz, a diferencia de lo que ha ocurrido en el caso del maíz y el trigo. Además, la organización ha mejorado sus previsiones respecto a India gracias a la buena cosecha de kharif, lo que compensa la pérdida de rendimiento del vecino Vietnam, tras lo que estima una producción total de arroz solo un 0,4% inferior al 2021 (520,5 millones de toneladas). 

A pesar de su buena producción, China no figura en los primeros puestos de exportadores de este cereal, sino que ocupa el sexto lugar, en cambio, es el principal importador de arroz y acapara más del 6% venido a nivel internacional. De hecho, los organismos internacionales calculan que el 80% del arroz es producido y consumido en Asia. El país de Xi Jinping obtuvo en 2020 casi la mitad de este cereal de Birmania (29,5%), territorio que está enfrentando problemas en el mercado internacional debido a su cercanía con Rusia, y solo un 2,17% de Taiwán. El segundo país que más cereal importa es Arabia Saudita (5,13%), seguido de Filipinas (4,51%) y EEUU (4,55%). Sin embargo, ningún país europeo importa desde el extranjero más de un 3% del arroz que consume, Reino Unido y Francia llevan la delantera superando el 2%, pero el resto apenas alcanzan el 1%. 

También es el caso de España, que tiene un saldo positivo en el balance de compras del arroz, ya que exporta un 0,85% mientras sus importaciones solo suponen un 0,50%. El principal comprador del arroz español es Bélgica (25,1%), seguido de Reino Unido (19,3%) y Francia (10,1%). No obstante, esto no salva al país de verse afectado por la situación del mercado internacional del arroz, puesto que los agricultores ya han dado la voz de alarma por los altos costes de producción y de los fertilizantes a los que se ha sumado la falta crónica de agua. La sequía ha golpeado especialmente a los arroceros andaluces, que se han visto obligados a limitar su siembra hasta el 30% y tienen las esperanzas puestas en recoger la suficiente cosecha como para cubrir gastos. Esta Comunidad es la principal productora del arroz con cáscara, 331 miles de toneladas en 2020, y supone más del doble que la cosecha de Extremadura (151), Cataluña (136,3) y Comunidad Valenciana (124,8). 

Noelia Casado

Periodista y politóloga por la URJC. Máster en Derecho Parlamentario, Elecciones y Estudios Legislativos. He pasado por las redacciones de elDiario.es y Europa Press antes de llegar a La Información, donde sigo la actualidad laboral.

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