La economía de la Eurozona se estabilizó entre abril y junio y volvió a crecer un 0,3% en relación al trimestre previo, al mismo ritmo al que lo hizo a principios de año, momento en que dejó atrás la recesión técnica. El avance de los datos que ha publicado este martes Eurostat, la oficina de estadísticas europea, respalda la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de optar por la cautela a la hora de decidir los próximos movimientos de su política monetaria y de ir viendo cómo evolucionan tanto la actividad como la inflación antes de anunciar nuevas rebajas de tipos en la región.
El verano "va a ser ajetreado", reconocía la presidenta del emisor, la francesa Christine Lagarde, tras la última reunión del consejo de gobierno, celebrada el pasado día 18. "Entre julio y septiembre vamos a recibir mucha información, con el PIB, datos de inflación, de salarios...", apuntó, para recordar que esos datos serán los que el organismo tenga en cuenta para ver si se confirma o no el ritmo de recuperación y de moderación de los precios que están observando.
En relación al mismo trimestre del año anterior, la economía de la zona euro aceleró una décima su expansión interanual hasta el 0,6%. En junio, el BCE mejoró sus previsiones de crecimiento para el área tres décimas, de modo que el PIB crecería un 0,9% en el conjunto del ejercicio. Ese mayor avance de la actividad vendría acompañado de una inflación más "pegajosa", que se resiste a situarse en línea con el objetivo de la entidad a medio plazo, del 2%.
Al BCE le preocupa sobre todo la persistencia de la inflación de servicios y teme que su credibilidad se ponga en entredicho si baja los tipos de interés demasiado pronto -sobre todo si después llega a producirse un rebote de los precios que meta más presión a la economía-. La entidad rebajó sus tasas de referencia en junio en 25 puntos básicos, en el que fue su primer movimiento a la baja en ocho años. De momento y a la espera de que Eurostat publique este miércoles el avance de los datos de inflación en julio, la tasa anual de IPC se relajó una décima en junio hasta el 2,5%, con la de los servicios por encima del 4%.
Eurostat constata también que el PIB del conjunto de la Unión Europea avanzó un 0,3% trimestral en el segundo trimestre, en línea con el primero, y elevó su avance una décima en términos interanuales hasta el 0,7%. Con la información disponible, España se situaría en el podio de las economías que más crecieron en relación a principios de año con un avance del 0,8%, tan solo por detrás de Irlanda (1,2%) y de Lituania (0,9%). En el lado opuesto se situaron Letonia (-1,1%), Suecia (-0,8%) y Hungría (-0,2%), todas con contracción de la actividad.
España, en el podio de las economías más dinámicas
La nacional también ha sido la más dinámica entre las mayores economías del euro, en línea con lo que ha venido sucediendo los últimos trimestres, prácticamente desde la recuperación de la Covid-19. Alemania registró una contracción del 0,1% entre abril y junio, después de crecer un 0,2% entre enero y marzo, mientras que Francia creció un 0,3% e Italia moderó su ritmo de avance al 0,2% desde el 0,3% que había registrado en el primer trimestre del ejercicio.
La economía de la Eurozona ha vuelto a perder ritmo en relación a las dos más potentes del planeta, Estados Unidos y China, que crecieron en el mismo periodo un 0,7% trimestral. La estadounidense aceleró tres décimas en relación al avance registrado entre enero y marzo, mientras que la del gigante asiático se desaceleró nueve décimas.
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