¿Una oportunidad de recuperar la influencia pasada o un nuevo quebradero de cabeza para los países productores de la región y para los importadores netos? América Latina busca su papel ante la crisis energética mundial, agravada por la guerra en Ucrania y las sanciones y el boicot a los hidrocarburos rusos. Pese a que hacer un diagnóstico general de los efectos de la invasión es complicado, por la heterogeneidad de los países que componen la región, hay un elemento que sí caracteriza al conjunto: se trata de un área del planeta muy rica en petróleo, pero no tanto en yacimientos de gas... y la batalla a nivel internacional va a estar sobre todo en la adquisición de esta materia prima.
Latinoamérica va a tener que competir como comprador con la Unión Europea. Empujados por la invasión de Ucrania, los Veintisiete han entrado con fuerza en un mercado, el del gas natural licuado, en el que la demanda se ha disparado de forma notable y en el que Asia –sobre todo China- también ha incrementado con fuerza sus importaciones. Los principales importadores de Gas Natural Licuado de la región son Brasil, Chile y Argentina. De los tres, Chile es el único con contratos a largo plazo, que le permiten capear en parte el golpe de la actual crisis. La situación de México también es particular, puesto que lo importa directamente vía gasoductos de Estados Unidos.
A todo lo anterior hay que sumar los temidos efectos sobre la inflación, un problema endémico para la región. En lo que respecta al petróleo, del que Venezuela, México, Brasil, Colombia y Ecuador son países productores, la crisis internacional ha llevado a Washington a romper un tabú, al plantearse rebajar las sanciones al país y levantar el embargo que pesa sobre su economía. ¿Será suficiente para que el país se convierta en un productor de referencia? Responde a ésta y otras cuestiones Gonzalo Escribano, analista senior y Director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano; y se pronuncia además el presidente ejecutivo de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), Sergio Díaz-Granados, que viajó a Madrid esta semana.
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