La crisis abierta con Rusia por Ucrania ha pillado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en horas bajas de popularidad -en los niveles más bajos para un presidente demócrata-. Los planes de Moscú han trastocado la hoja de ruta que el líder norteamericano se había planteado para los próximos años en política exterior, y que pasaba por que su país recuperase cierto liderazgo, por cooperar con sus aliados, por mantener el foco puesto en China y en el área del Pacífico, y por dar más importancia a lo económico que a lo militar.
Los expertos consideran que el efecto de las decisiones que Biden tome en relación a esta crisis tendrán, en principio, un efecto limitado sobre las elecciones de medio mandato del próximo mes de noviembre -en las que se renueva la Cámara de Representantes al completo y parte del Senado-. El motivo es que Washington tiene ahora mismo sobre la mesa problemas que tocan de lleno a la ciudadanía. Es el caso de la inflación, que escaló en enero hasta el 7,5%, es decir, su nivel más alto en cuarenta años de acuerdo con los datos que maneja el Departamento de Trabajo.
"Los americanos tienen sus propias preocupaciones, sobre todo el tema de la inflación, el recuperarse de la pandemia, tienen la polarización... pero esto no creo que vaya a repercutir en las elecciones de medio mandato", apunta a 'La Información' Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano, y profesora de Relaciones Internacionales. Por su parte, José Antonio Gurpegui, investigador del Instituto Franklin-UAH, descarta que en el peor de los escenarios -que Rusia invada en algunos territorios ucranianos- los soldados estadounidenses o europeos vayan a participar en el conflicto.
Comentarios